24/11/2025
06:29 PM

Emirato Estadounidense Unido de Trump

“Tenemos un emir, se llama Donald; tenemos un príncipe heredero, se llama Jared, tenemos una princesa heredera, se llama Ivanka”.

El viaje del presidente Donald Trump a Europa fue verdaderamente histórico.

Dejó a nuestros aliados más importantes tan inciertos en cuanto al compromiso de Estados Unidos para con su seguridad respecto de Rusia y los valores que se compartían sobre el comercio y el cambio climático que ello motivó a la dirigente alemana Angela Merkel para decirles a sus compatriotas que “ya habían pasado, hasta cierto punto”, los días en los que Europa dependía de Estados Unidos y, por tanto, Alemania y sus aliados europeos “realmente debemos tomar nuestro destino en nuestras propias manos”.

Nunca antes algún Presidente estadounidense había provocado una cuarteadura en la alianza atlántica en su primera gira presidencial: histórico.

Merkel es solo la primera dirigente prominente que dice en voz alta aquello de lo que cada aliado estadounidense se está dando cuenta: a Estados Unidos lo están administrando personas nuevas. “¿Quién es Estados Unidos hoy?”, es la primera pregunta que me han hecho en cada escala que he hecho por Nueva Zelanda, en Australia y en Corea del Sur. Mi respuesta: ya no somos los Estados Unidos de América. Somos los nuevos EEU: los Emiratos Estadounidenses Unidos.

Tenemos un emir, se llama Donald; tenemos un príncipe heredero, se llama Jared; tenemos una princesa heredera, se llama Ivanka, tenemos un consejo consultivo (el Congreso) que aprueba maquinalmente todo lo que quiere el emir. Y, como cualquier buena monarquía, nuestra familia gobernante no ve ningún conflicto de interés entre sus negocios personales y los del Estado.

Así es que debería eliminarse cualquier idea kennedyesca sobre nosotros, expliqué. Que sepan todos los países, ya sea que nos deseen bien o mal, que no pagaremos ningún precio, no llevaremos ninguna carga, no enfrentaremos ningún apuro, no apoyaremos a ningún amigo, no nos opondremos a ningún enemigo para asegurar el éxito de la libertad, a menos que se nos pague por adelantado. Y aceptamos dinero, cheques, oro, tarjetas Visa o American Express, bitcoines y membresías en Mar-a-Lago.

La doctrina Trump es muy simple: solo hay cuatro amenazas en el mundo. Los terroristas que nos matarán, los inmigrantes que nos violarán o nos quitarán los empleos, los importadores y exportadores que se quedarán con nuestras industrias, y Corea del Norte. Las amenazas contra la democracia, el libre comercio, el ambiente y los derechos humanos ya no están en nuestro menú. Por tanto, no importa cuán despreciable se sea como dirigente extranjero, se puede ser el mejor amigo de los Emiratos Estadounidenses Unidos si:

1.) Nos paga comprando nuestras armas. Les advierto, no obstante, Arabia Saudita ha fijado metas muy elevadas, empezando en 110,000 millones de dólares.

2.) Pagarnos con un gasto en defensa para la Otan más alto, no para que Rusia desista que está usando la ciberguerra para afectar todas las elecciones democráticas que pueda, sino para impedir el “terrorismo”, algo para lo que son inútiles los tanques y los aviones.

3.) Pagarnos en concesiones comerciales. Y no importa cuán pobres sean esas concesiones. Todo lo que importa es que el emir Trump pueda hablar de “las concesiones”. Vean las “concesiones comerciales” recientes de China para Trump. (No presten atención a las risas de Pekín.)

4.) Páguennos liberando a cualquier ciudadano estadounidense al que hayan detenido bajo cargos falsos para molestar a Barack Obama y para intimidar a los activistas de derechos humanos. Vean cómo el presidente egipcio Abdel Fatah el Sisi liberó a Aya Hiyazi, el empleado egipcio-estadounidense de una beneficencia, quien trabajaba con niños indigentes.

5.) Páguennos halagando exageradamente a nuestro emir por la gran mejoría que es respecto de Obama. Vean al presidente Rodrigo Duterte de las Filipinas y a Bibi Netanyahu de Israel.

6.) Sean Rusia y no pagan nada.

Bien, si se hace cualquiera de estas seis cosas, el compromiso de los Emiratos Estadounidenses Unidos hacia ustedes – y está blindado – es que pueden hacer cualquier cosa que quieran “en la parte de atrás”. Pueden privar a su pueblo de cualquier derecho humano que quieran en la parte de atrás, pueden ser tan corruptos como quieran en la parte de atrás, se pueden robar tantas elecciones como quieran en la parte de atrás. Solo mantengan el curso de las adquisiciones de armas, el aumento de las cuotas de la Otan, la afluencia de las concesiones comerciales falsas y la efusividad de las lisonjas – o ser Vladimir Putin – y cualquier cosa sigue adelante.

¿Demasiado duro? Para nada. Estar en Corea y ver cuánto ha crecido este país y salido de la pobreza en los últimos 50 años, adoptando todos nuestros valores – tanto así que acaba de destituir a su presidenta por cargos de corrupción después de una protesta masiva, pacífica y con “veladoras”, basada completamente en programas informáticos democráticos estadounidenses –, hace llorar el solo pensar que, prácticamente, lo único que Trump tuvo que decir sobre Corea es que es un gorrón de nuestro Ejército (ni siquiera es cierto) y tiene que pagar.

¿Trump tiene algo de razón cuando dice que las políticas económicas alemanas han frustrado a las importaciones y desamparado al sur de Europa? Si, así es, y los miembros de la Otan deberían cumplir con sus objetivos de gasto a largo plazo. Sin embargo, ¿qué tanto está gastando Alemania para absorber a un millón de refugiados sirios para que se unan al EIIL? ¿Qué tanta seguridad le está comprando eso al mundo? Estados Unidos aceptó a 18,000 sirios. El amigo de Trump, Putin, no aceptó a ninguno, pero Trump no piensa en esas cosas.

Se requirieron décadas para construir la alianza atlántica, y nos ha proporcionado tantos beneficios tangibles e intangibles en la forma de seguridad, estabilidad, crecimiento y amistades. De hecho, Trump podría romperla, no solo cuartearla.

Esta semana, por primera vez, vi las fotografías oficiales que ahora agracian la entrada de los salones de todas las embajadas estadounidenses. El vicepresidente Mike Pence está sonriendo cálidamente; Trump, de hecho, tiene el ceño fruncido. Si su fotografía tuviera un pie de foto, sería: “¡Sálgase de mi jardín!”.

También podría decir: “Que todos los que entren en esta embajada sepan: ya no hacemos alianzas. Solo hacemos sociedades limitadas. Interesados llamar al 1-202-456-1414, hay operadores esperando”.