28/04/2024
11:58 AM

Dramas forever

Francisco Gómez Villela

Un nuevo drama se cierne sobre el país. Todos los días hay uno nuevo. Pareciera los disfrutamos.

El tema del momento son las vacunas. Necesarias para evitar tanto contagio, dolor y muerte.

El Gobierno cometió un “error” de confianza en su gestión para la adquisición de las mismas, y pidió perdón por ello. Una excusa inaceptable para justificar desidia e incapacidad. El Gobierno sigue dando tumbos en el manejo de la pandemia.

Los mandos intermedios como que no dan una. En la empresa privada cuando eso sucede los cambian. Pero en la política los errores no se manejan así, se esconden para no lucir mal. Como los gatos.

Y el drama se acrecienta porque este pueblo le encanta compararse con países de primer nivel. El programa de vacunación Covax de la OMS prometió a los países en desarrollo 2,000 millones de vacunas para finales de este año. Y nosotros queremos vacunas ya. Como en universo paralelo vivimos y nos creemos países de primer mundo. De Latinoamérica solo Chile ha tenido éxito en su programa de vacunación.

Países ricos llevan unos índices de vacunación pobrísimos, 2.6 vacunas x 100 habitantes en Brasil, 1.4 x 100 en Argentina y México 0.6 x 100, según datos ofrecidos por el periodista Andrés Oppenheimer.

No hay equidad entre países. Y esta pandemia así lo demostró. Aún vivimos en la época de las cavernas. El fuerte aplasta al débil.

Por otro lado, increíble que hasta ahora nos percatamos de la pobreza de nuestro sistema de salud. Décadas de carencias e ineficiencias que tenían que soportar los desposeídos que allí acudían ahora si son evidentes cuando de todas las clases sociales han necesitado de él.

Ahora sí hay indignación. A los pobres nunca les creyeron.

Las vacunas no sustituirán las medidas de distanciamiento social. No serán justificación para salir en desbandada como ganado en tropel.

El drama ha ido in crescendo porque ya viene la Semana Santa, y los empresarios del rubro y el pueblo necesitan las gentes en las calles, carreteras, balnearios y hoteles disfrutando la otrora solemne celebración religiosa. Contagio desenfrenado con autorización gubernamental.

Ya pasamos una Semana Santa encerrados, otra más es insoportable para el pueblo.

Aquí han convergido dos irresponsabilidades con resultados funestos. El mal manejo de la pandemia por el Gobierno y la simpleza de un pueblo que es incapaz de actuar acorde a la gravedad de la misma. Estamos de amores pagados, incapacidad e irresponsabilidad.

Ya viene otro drama. Los políticos despedazándose y acusándose de fraude en sus elecciones partidarias internas.Paciencia, ya viene.