25/04/2024
07:53 AM

De gazapos y planes de estudio

Víctor Ramos

Es un hecho frecuente que muchos de los asesores internacionales que vienen al país, ganando sustanciales salarios, realmente no asesoran nada, pues generalmente su labor se limita a cambiar de nombre las cosas, el nombre que el diccionario de las academias de la lengua le ha adjudicado a las cosas. De esas asesorías han surgido múltiples palabrejas que son un atropello a la lengua que debe ser para la expresión exacta de lo que pensamos o recibimos como información, como la matemática.

Así, el gobierno ya no dice carretera sino eje carretero, a pesar de que carretero es el que conduce una carreta; ya no decimos aula sino que nos han enchutado ambiente pedagógico; hablamos de jueces naturales como si los hubiese antinaturales, cuando antes decíamos juez, simplemente, operadores de justicia en vez de jueces o magistrados.

En la radio y la tv los locutores repiten: estoy en vivo, como si pudiera estar en muerto y en los restaurantes, cuando pedimos un café nos preguntan si lo queremos negro; que yo sepa no hay ningún café que no sea negro, los otros serían café con leche o capuchino; lo correcto es preguntar ¿qué tipo de café desea? De la misma manera cuando nos ofrecen azúcar normal asumimos que hay otra azúcar que es anormal porque los otros edulcorantes no son azúcar, pues esta solo es la que se extrae de la caña o de la remolacha.

En los bancos el chico que nos atiende se enorgullece de su hablar cuando nos pregunta si queremos aperturar una cuenta o que no pueden accesar en vez de acceder.

Muchos locutores dicen con frecuencia a lo interno, cuando la preposición que denota estar en el interior es en: en el interior, y también hablan de dimensionar, en vez de medir, redireccionar en vez de redirigir, locación en vez de ubicación, replicar en vez de repetir, anexionar en vez de anexar y muchas otras meteduras de pata en contra de la pulcritud del idioma. Pero la frase más alocada es la de “se hizo el levantamiento cadavérico”, pues no es lo mismo decir que se hizo el levantamiento del cadáver. En la primera expresión la palabra cadavérico califica a la acción verbal de levantar como cadavérica y no implica que se levantó un cadáver. No debemos decir ¿a dónde están? Sino ¿en dónde están? Y ¿qué decir de lo que es y de como ser?

Los rótulos comerciales también están plagados de tergiversaciones y mala ortografía: solemos ver llantera, chicharronera, rosquillera, en vez de llantería, chicharronería y rosquillería; porque a nadie oímos voy a la pulpera, me atendieron en la talabartera, en la lavandera cuando queremos decir pulpería, talabartería y lavandería.

En relación con el trabajo para establecer las asignaturas y sus contenidos para los planes de estudio de las escuelas y los colegios debe pensarse con sentido de modernidad y en aplicación de la fisiología del sistema nervioso que es la clave fundamental para que un niño o joven aprenda. Lo fundamental es que el chico conozca perfectamente el idioma para que pueda comunicarse adecuadamente, con precisión matemática y no ande repitiendo extranjerismos y palabras que deforman la pureza de nuestro español. La enseñanza debe circunscribirse en los temas de utilidad en la vida cotidiana, porque en la profesión tendrán la oportunidad de adquirir los conocimientos que requeridos: matemática y español (esta asignatura comprenderá múltiples temas de todas las ciencias). Y una lengua extranjera.

Por otra parte, educación pública debe olvidarse de la memorización y del aprendizaje no interpretativo, como aconseja Paulo de Freire en su “La pedagogía del oprimido”, que debería de ser el manual esencial de todo maestro.

Se va a la escuela, sin saberlo y ese es el objetivo del Estado, para aprender a resolver los problemas de la vida y los del trabajo o del ejercicio profesional. Para eso el individuo debe tener conocimiento de a dónde acudir para adquirir la información que requiere para enfrentar las dificultades de la vida y las profesionales y como auxiliar fundamental debe estar el fomento de la lectura que habrá de convertirse en una actividad casi diaria de todos los educandos como herramienta de crecimiento mental e intelectual.

Pero más esencial es formar adecuadamente a los maestros.

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