16/06/2024
02:43 AM

¿Cuántos años realmente vivirá?

Emilio Santamaría

Don Raymundo estaba ya entrado en sus 92 años, aunque se mantenía aceptablemente bien para su edad.

Platicando con un joven que estaría ligeramente por debajo de los 30, este, un tanto irreverente, le preguntó: “Abuelo, ¿cuánto tiempo cree usted que le queda de vida?”. El viejo pensó por un momento, y contestó: “Nadie lo sabe, ni tú ni yo. La forma de vivir muchos años es llegar a viejo. Yo vivo diariamente el presente, porque es un regalo formidable de Dios”. El joven se sintió retado, así que usó un argumento demoledor: “¿le teme usted a la muerte?”. Don Raymundo contestó sin vacilación, “temo mucho más no vivir sensata y felizmente”.

Robert L. Stevenson dijo en cierta ocasión que “no hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices”. Y alguien me dijo una vez en la Argentina que Dios se encarga de la cantidad que viviremos, pero que nos da a nosotros la decisión de la calidad con que la vivamos.

Después de haber trabajado para la Organización Dale Carnegie por muchos años ya, estoy convencido de que todos tenemos una misión en la vida. Y creo que todos tenemos que dejar este mundo un poco mejor que lo que lo encontramos. Algunos están destinados a hacer cosas importantes. Mi amigo Róger Valladares ha influido, para bien, en la vida de cientos de personas a través de UTH, la Universidad que él fundó, y que bajo su visión y liderazgo ha creado campus cubriendo prácticamente toda Honduras, y proporcionando estudios superiores que han hecho triunfar a literalmente cientos de personas.

Otros tendrán la misión de hacer cosas más pequeñas, pero también importantes para mejorar este mundo. Si cada uno de nosotros, grande o pequeño, toma conciencia de nuestra misión, seguramente la tierra será un mejor lugar donde vivir. Por eso Martin Luther King dijo: “Si ayudo a una sola persona a ser mejor, no habré vivido en vano”.

Vivamos con la obligación de ser productivos y felices. Es la forma más sensata de vivir nuestra vida.

Lo negativo: preguntarnos cuánto tiempo más vamos a vivir. Y afligirnos por ello.

Lo positivo: un lugar de contar los días de vida, vivamos de tal manera que nuestra vida realmente cuente.