02/05/2024
01:46 AM

Amor, cuidado y oración

Salomón Melgares Jr.

El amor entrañable que sentía por su esposa e hijos era algo incuestionable. Sabía que Dios le había dado una mujer hermosa en todos los sentidos. No con una belleza de Miss Universo o Miss Mundo en lo físico, pero sí con el suficiente encanto para catalogarla como hermosa. También sabía que sus hijos eran obedientes y dedicados, lo que asimismo representaba una bendición. En general, sabía que tenía una familia espléndida e intachable. Pero un día, este hombre empezó a observar la belleza de otras mujeres. Y ya no simplemente miraba, sino también la comparaba con la belleza de su esposa. Fue más allá, dedicándose a buscar imágenes de más mujeres en internet, incluyendo ahora la imaginación en el proceso. Hasta que un día la puerta se abrió completamente, y este hombre que amaba a su familia cayó en adulterio. La piel se le erizó una vez pasada la magia del pecado. Las decisiones que había tomado contaban con el poder de acabar con el hogar espléndido que poseía. Y lo más duro: podían destruir a las personas que amaba.

¿Qué sacamos de todo esto? Que no es suficiente con solo amar. Se debe también velar y orar. Y debe hacerse así porque la carne es débil. Jesús lo planteó de esta manera: “Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil” (Mateo 26:41, NVI). En otras palabras: “Todos somos tentados, pero debemos tener gran temor de meternos en tentación” (M. Henry). Por eso debemos velar y orar y mirar continuamente al Señor, para que nos sostenga y estemos a salvo. ¿Qué les parece, entonces, si en esta época navideña donde, sí, se resalta bastante el amor, también resaltemos con la misma efusividad el cuidado y la oración? Que este sea el inicio, incluso, para los que no lo han estado haciendo en lo absoluto. De este modo, ya no solo el mes de diciembre será navidad, sino todos los meses del año.