WASHINGTON — Durante décadas, los Presidentes en Washington han estado a favor de alguna versión de una solución de dos Estados al conflicto palestino-israelí. Lo que nadie había imaginado era que el segundo Estado sería estadounidense, no palestino.
El plan del Presidente Donald J. Trump de desplazar a la población palestina de Gaza y hacer que Estados Unidos se apodere del enclave costero puede prácticamente haber escrito el obituario del objetivo de establecer un Estado palestino junto a Israel en coexistencia pacífica.
Cualquier visión de un Estado palestino ha incluido a Gaza, junto con Cisjordania. Pero en la visión de Trump, Gaza se convertiría en un territorio estadounidense convertido en una “Riviera del Medio Oriente”. No pertenecería a los palestinos. Y señaló apertura a la anexión israelí de partes de Cisjordania.
Las perspectivas de un Estado palestino ya se habían visto mermadas en los últimos años, particularmente después del ataque terrorista de Hamas contra Israel el 7 de octubre del 2023, que mató a mil 200 personas y condujo a la guerra de represalia israelí en Gaza que ha matado a 47 mil combatientes y civiles.
Ni la población israelí ni la palestina ven ya viable el escenario de dos Estados. Pero el resto del mundo ha seguido aferrándose a la idea. Arabia Saudita ha insistido en que un Estado palestino sea parte de cualquier acuerdo que establezca relaciones diplomáticas con Israel.
“Si Trump cree que de alguna manera el hecho de que Estados Unidos sea dueño de Gaza y permita a Israel anexar partes de Cisjordania facilita un acuerdo, está completamente equivocado”, dijo Jeremy Ben-Ami, presidente de J Street, una organización liberal pro israelí con sede en Washington que promueve una paz negociada.
Los opositores a un Estado palestino se sienten envalentonados. “Es un tema muerto”, dijo Morton A. Klein, presidente nacional de la Organización Sionista de Estados Unidos, que se opone a una solución de dos Estados. “Tenían un Estado en Gaza. ¿Cómo funcionó eso?”.
Paz a Medio Oriente
Trump tiene mucho tiempo de retratarse como la única persona que podría traer paz a Medio Oriente. Cuando asumió el cargo en el 2017, asumió la misión de resolver el conflicto de generaciones entre israelíes y palestinos, y predijo que “no es tan difícil como pensaba la gente”.
Asignó a su yerno Jared Kushner la tarea de desarrollar un plan que se publicó en el 2020 y que preveía una especie de Estado palestino, pero que en general era visto como inclinado hacia Israel. No prosperó, pero Trump pudo presidir el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y varios Estados árabes, incluyendo Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos, en lo que se llamó los Acuerdos de Abraham. Arabia Saudita se negó a unirse en ese momento, pero el ex Presidente Joseph R. Biden Jr. estuvo cerca de conseguir un acuerdo hasta que el ataque del 7 de octubre dio al traste con las negociaciones.
Cuando anunció su plan de “asumir la propiedad” de Gaza en una conferencia de prensa en la Casa Blanca con el Primer Ministro Benjamín Netanyahu de Israel, dijo: “No significa nada de dos Estados o un Estado o cualquier otro Estado. Significa que queremos tener —queremos dar a la gente una oportunidad de vida”.
La reacción fue ampliamente negativa fuera de Israel. António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, así como líderes de Arabia Saudita, Egipto, Jordania, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Australia, Turquía, Canadá, Japón, la Unión Europea y otros reiteraron su apoyo a la solución de dos Estados.
Pero en Israel, sólo el 27 por ciento de la gente aún respaldaba una solución de dos Estados en las encuestas de Gallup del verano pasado, mientras que el 64 por ciento se oponía a ella, un cambio respecto al 2012, cuando el 61 por ciento la apoyaba y sólo el 30 por ciento se oponía. Eso era similar a las opiniones de los palestinos en Cisjordania y Jerusalén Este, donde el verano pasado sólo el 28 por ciento la apoyaba, mientras que el 64 por ciento se oponía.
“No hay manera de reconstruir Gaza”, dijo Yaakov Amidror, ex asesor de seguridad nacional de Netanyahu, a la televisora Al Arabiya. “No veo a 2 millones de palestinos viviendo en menos de 400 kilómetros cuadrados en los que el 80 por ciento de los edificios han sido destruidos”.
Ben-Ami mantuvo la esperanza de que una solución de dos Estados seguiría siendo parte de un cambio regional más amplio.
“Tendrá que ser parte de ese acuerdo de normalización”, dijo. “Nos referimos a ella como una solución de 23 Estados”.
©The New York Times Company 2025