The New York Times
Por: Jack Ewing/The New York Times
El papel de Elon Musk como el zar de la reducción de costos del Presidente Donald J. Trump y su inmersión en la política de derecha parecen estar desviando su atención de Tesla en un momento de riesgo para la compañía de autos eléctricos.
Las ventas de autos de Tesla cayeron 1 por ciento el año pasado, aún cuando el mercado mundial de vehículos eléctricos creció 25 por ciento. Musk no ha ofrecido ningún plan concreto para reactivar las ventas. Tampoco ha proporcionado detalles sobre un modelo más económico que Tesla dice que comenzará a producir este año.
Musk ha pasado gran parte de su tiempo desde las elecciones en Washington y en la casa de Trump en Florida —lejos de Austin, Texas, donde Tesla tiene su sede corporativa y una fábrica, o del área de la Bahía de San Francisco, en California, donde tiene una fábrica y oficinas de ingeniería.
En la última década, Tesla pasó de ser una startup en dificultades a trastocar la industria automotriz mundial. La empresa vendió millones de autos eléctricos y generó enormes ganancias, obligando a las armadoras establecidas a invertir miles de millones de dólares para ponerse al día. El precio por los cielos de sus acciones ayudó a convertir a Musk en la persona más rica del mundo.
Pero ahora parece haber perdido interés en el negocio de desarrollo, producción y venta de autos, dicen los analistas. Eso podría tener ramificaciones para Tesla y la industria automotriz, que emplea a millones de personas en todo el mundo.
Descontento
Aún antes de unirse a la Administración Trump como cabeza del Departamento de Eficiencia Gubernamental, el hecho de que Musk dirigiera múltiples empresas había llevado a inversionistas y expertos en gobierno corporativo a preguntarse si estaba haciendo demasiado.
Además de Tesla, dirige SpaceX, cuyos cohetes transportan a astronautas y satélites para la NASA y otros; X, el sitio de redes sociales; y xAI, que está desarrollando inteligencia artificial.
Pocos ejecutivos, si es que alguno, ha tenido alguna vez tal variedad de responsabilidades, dijo Eric Talley, profesor especializado en gobierno corporativo en la Escuela de Derecho Columbia, en Nueva York. Y mientras algunas de las empresas de Musk se beneficiarán de sus vínculos con el presidente, es prácticamente imposible que sus intereses comerciales y políticos no choquen de maneras que podrían perjudicar a sus empresas, dijo Talley.
El apoyo de Musk a líderes de derecha en casa y en Alemania, Gran Bretaña, Francia y otros países parece haber alejado a un número significativo de clientes. También hay señales de descontento dentro de Tesla.
Un alto ejecutivo que habló en una junta en enero en las oficinas de la compañía en Palo Alto, California, dijo que él también estaba desalentado por el comportamiento “voluble” de Musk y por la partida de algunos altos ejecutivos que habían sido una influencia moderadora.
Las polarizantes publicaciones del director ejecutivo en las redes sociales y su labor en la Administración Trump estaban ahuyentando a los clientes, provocando la salida de empleados y dificultando la contratación de talento nuevo, dijo el gerente, de acuerdo con una grabación de audio revisada por The New York Times. El ejecutivo instó a los empleados a ignorar los comentarios de Musk en X y otros foros.
“Simplemente lo ignoro y pienso en qué estamos trabajando y si es emocionante para mí y si está teniendo un impacto”, dijo el gerente.Algunos inversionistas también tienen sus dudas. El precio de las acciones de Tesla ha caído 25 por ciento desde mediados de diciembre, aunque ha subido alrededor de 40 por ciento desde las elecciones. El índice bursátil S&P 500 registra un avance del 6 por ciento desde las elecciones.
Pero muchos inversionistas aún le tienen fe a Musk. Los optimistas creen que Tesla desarrollará automóviles que puedan conducirse solos en la mayoría de las condiciones.
“Veo un camino para que Tesla sea, sin duda alguna, la empresa más valiosa del mundo”, dijo Musk en enero. El crecimiento, añadió, “se deberá abrumadoramente a vehículos autónomos y a robots humanoides autónomos”.
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