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California, la meca de la gestación subrogada

  • 09 septiembre 2017 /

Los vientres de alquiler se han convertido en una industria en el estado gracias a una legislación que ha abrazado completamente esta práctica.

California, Estados Unidos

“Detesto llamarlo industria, pero es así, es una industria”. La abogada Rose Pondel, de la firma Family Formation Law Center, en Los Ángeles, deja claro que esa es la mejor definición para la gestación subrogada en California.

Alrededor de los vientres de alquiler se mueve todo un ecosistema de abogados, médicos, psicólogos y agencias que guían a los implicados por el proceso. Una maquinaria médica y legal tan bien engrasada que ha convertido a California en el destino ideal para tener hijos por gestación subrogada y al mismo tiempo en el laboratorio de pruebas donde se ve hasta dónde puede llegar esta industria y sus implicaciones.

Dato
Algunos clientes exigen que el parto sea vaginal, o que la gestante sea de una religión determinada. Todo se pondera en el precio de la subrogación
En Estados Unidos las leyes de fertilidad dependen de los estados. En algunos la práctica está completamente prohibida, en otros solo se permiten algunos casos y en unos pocos se permite abiertamente. Más de 20 años después del primer caso conocido, las leyes californianas han evolucionado hasta amparar a cualquier tipo de cliente, lo que permite a este negocio ofrecerse a un público global, desde España hasta Rusia.

El mensaje es: lo que no esté permitido en su país, está permitido aquí, y además con las máximas garantías legales. “Las leyes en California están escritas para que valgan a cualquier tipo de padres, por eso vienen aquí”, explica Karen Roeb, directora ejecutiva y fundadora de la agencia Fertility Miracles. El 70% de sus clientes son extranjeros. De esos, el 40% españoles, afirma.

La maternidad subrogada fue legalizada de facto en California a través de una sentencia en 1993. Después las regulaciones se han ido limando a través de litigios en los tribunales cuando surgían problemas. La ley estableció que el contrato de subrogación se tiene que llevar hasta el final. Sean cuales sean los sentimientos, nadie se puede echar atrás. El sistema se terminó de blindar por completo con una ley de 2013 que básicamente venía a confirmar el carácter de industria de esta práctica y la regulaba como un negocio más. En otros sitios, el debate sobre la gestación subrogada sigue en un nivel ético. En California no, el debate ético está superado.

La ley de 2013 tenía tres puntos importantes destinados a dar seguridad a todas las partes implicadas, explica la abogada Rose Pondel. Primero, obliga a que la gestante y los futuros padres tengan abogados distintos. “Aunque tienen el mismo interés, queremos estar seguros de que no hay coerción y de que la gestante entiende el contrato. Sus actividades se van a ver restringidas y se tiene que sentir cómoda con el médico y con la agencia. De la misma forma, que los padres entiendan que tienen obligaciones pase lo que pase. Por ejemplo, si hay un aborto, tienen que respetar el acuerdo igualmente”. Al tener abogados distintos se evita que estos tomen partido.

El segundo punto importante es que la ley obliga a que esté todo firmado y notariado antes de que empiece todo el proceso. “Es importante que esté todo firmado antes de empezar a tomar la medicación para preparar el embarazo. Porque es ahí cuando ella empieza a alterar su cuerpo. No puede hacerlo bajo la presión de las prisas, debe tener el tiempo que necesite para tomar sus decisiones”, dice Pondel.

Por último, y quizá lo más interesante para los futuros clientes, la ley de California permite obtener un mandato judicial que te nombra padre de la criatura antes de que nazca. Es decir, durante el embarazo, un juez reconoce que de acuerdo con el contrato firmado el padre del niño es el cliente y ya deja ordenado cómo debe ser inscrito en la partida de nacimiento. Cuando nazca, la paternidad legal está blindada. “La ley de 2013 lo que hace es poner unos estándares muy altos para todo el mundo”. De esa forma, explica Pondel, incluso si alguien decide ir por su cuenta y contactar a una madre por un anuncio de internet sin trabajar con una agencia, estará obligado a contratar dos abogados, un médico y seguramente un psicólogo, que aplicarán sus estándares éticos al proceso.

Joven, mayor, casado, soltero, pareja homosexual o tradicional, California no va a poner ningún problema para una donación de óvulos, de embriones, de vientre o de todo. En un ámbito en el que las regulaciones son tan distintas, cuando no inexistentes, California decidió que lo mejor para su industria de fertilidad era dar la garantía absoluta de que al final del proceso el cliente tendrá a su hijo y la madre su dinero. Sin reparos éticos ni religiosos. La meca de la gestación subrogada. Tomado de El País.es