El Senado de Estado Unidos bajo control demócrata, derrotó hoy una enmienda republicana que hubiese supeditado la legalización de la población indocumentada a la certificación de la seguridad en la frontera del suroeste del país.
Con 54 votos a favor y 43 en contra, el Senado aprobó una moción de rechazo a la enmienda propuesta por el senador republicano de Texas, John Cornyn, en una jornada marcada por continuas fisuras en torno al alcance y contenido de una reforma migratoria integral.
La enmienda es similar a una derrotada por el Comité Judicial del Senado el mes pasado. Mientras tanto, el Senado prevé anunciar oficialmente en las próximas horas un acuerdo para fortalecer la seguridad fronteriza, que incluiría la contratación de 20.000 agentes de la Patrulla Fronteriza y la construcción de un muro a lo largo de 1.126 kilómetros en la frontera sur, entre otros elementos.
El líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, dijo que el acuerdo sobre la seguridad fronteriza está siendo elaborado e incorporado mediante la figura de una enmienda al proyecto de ley para la reforma migratoria.
'Espero que tengamos pronto esa enmienda... y espero que podamos hacer algo con ella. Esto no es fácil de hacer, pero creo que tenemos un camino para avanzar', afirmó Reid.
Según los partidarios de la reforma dentro y fuera del Congreso, la enmienda de Cornyn es una de esas 'píldoras venenosas' que amenazan con descarrilar lo que sería la mayor reforma del sistema migratorio de EE.UU. desde 1986.
En concreto, la enmienda de Cornyn exigía que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) y el contralor general de la Oficina de Supervisión Gubernamental (GAO, por su sigla en inglés) certificaran que el Gobierno ha cumplido con una serie de hitos sobre la vigilancia fronteriza antes de poner en marcha un programa de legalización de los once millones de inmigrantes indocumentados que se estima viven en EE.UU.
Entre esos hitos figura el 'pleno control operacional' de la frontera, incluyendo un aumento de 10.000 agentes fronterizos en un plazo de cinco años y la aprehensión de al menos el 90 % de quienes intentan cruzar ilegalmente hacia este país.
También exigía la puesta en marcha de un sistema biométrico para registrar las entradas y salidas de los extranjeros en todos los puertos de entrada por mar y tierra ahora bajo control de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés).
Además, exigía la puesta en marcha en todo el país del programa federal 'E-Verify', que permite a las empresas verificar el estatus migratorio de sus nuevos empleados. El programa ya es obligatorio para empresas que tienen contratos con el Gobierno federal.
Cornyn también pedía en su enmienda la elaboración de una estrategia sobre la seguridad fronteriza para lograr el 'control operacional de cada tramo de la frontera sur' y para reducir a la mitad los tiempos de espera en puertos de entrada terrestre.
También autorizaba fondos para mejorar la seguridad fronteriza, incluyendo mil millones de dólares cada año hasta 2019 para mejoras a la infraestructura fronteriza y la contratación de personal.
El Senado comenzó el debate formal de la reforma migratoria el pasado 11 de junio, y desde entonces se han presentado 246 enmiendas al plan reformista. De éstas, once han sido sometidas a debate y votación.
La Cámara de Representantes aún debe presentar su propia versión de la reforma migratoria y, según dijo a Efe el presidente del grupo legislativo hispano en ese órgano legislativo, ésta sería presentada en los próximos días.
