Bogotá, Colombia.
Colombia reeligió ayer al presidente Juan Manuel Santos para un nuevo período de cuatro años, dando luz verde al proceso de paz que el Gobierno impulsa con las guerrillas para poner fin a más de medio siglo de conflicto armado en el país.
Santos, que gobierna desde 2010 con una coalición de centro-derecha y obtuvo en esta elección el respaldo de la izquierda, se impuso con 50.90% de los votos frente al derechista Óscar Iván Zuluaga, quien consiguió el 45.04%, con 99.37% de los sufragios escrutados.
Los votos en blanco fueron equivalentes al 4.07%, de acuerdo con el preconteo.
En una votación fundamental para el futuro del proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), que Zuluaga cuestionaba, Santos logró ganar en Bogotá y en las regiones de la costa del Caribe. Zuluaga consiguió apoyo en la zona central del país. “Con este resultado, Santos obtiene una victoria con un margen no tan estrecho que le va a permitir gobernar cómodamente. De todas formas, el partido de Zuluaga ejercerá una oposición muy temperamental, pero con solo 32 representantes de un total de 268 congresistas”, dijo Fernando Giraldo, experto en Sistemas Políticos de la Universidad Javeriana.
Seguidores de Santos
“Paz, paz, queremos paz”, gritaban miles de simpatizantes de Santos en la sede de su campaña en el norte de Bogotá, donde sonaban las vuvuzelas y la alegría era manifiesta. “Sí se pudo” era la consigna que gritaban sus partidarios mientras levantaban las manos mostrando escrita la palabra “paz”.
En el comando de Zuluaga, en el centro de la capital, el ánimo sombrío era roto por algunos gritos de “fraude”, mientras algunos seguidores agitaban camisetas con el logo de la campaña.
Santos (62) y Zuluaga (55), ambos exministros del popular expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) y otrora aliados políticos, se enfrentaron en una campaña electoral dominada por el proceso de paz con las Farc, principal grupo rebelde del país, que el gobierno impulsa desde noviembre de 2012 en La Habana.
“La paz, única solución”
“Vine con mi familia a celebrar el triunfo de la paz en Colombia. Estamos convencidos de que la paz es la única solución para Colombia”, dijo Carla Martínez, una estudiante de 18 años, que festejaba en la sede de Santos.
El conflicto armado de medio siglo, que ha involucrado a otras guerrillas de izquierda, a paramilitares de derecha y a agentes del Estado, ha dejado más de 220,000 muertos y cinco millones de desplazados.
Santos propone seguir las negociaciones, que ya produjeron avances en temas como reforma rural, participación política de los guerrilleros, narcotráfico y reconocimiento a las víctimas, con la promesa de que la paz beneficiará a todos, en un país donde un tercio de los 47 millones de habitantes son pobres a pesar de un crecimiento superior al 4% anual.
Determinado a una pacificación “integral”, el mandatario reveló esta semana el inicio de conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), segunda guerrilla del país.
Zuluaga reconoce la derrota
El candidato derechista Óscar Iván Zuluaga reconoció ayer su derrota en la segunda vuelta presidencial de Colombia y felicitó al presidente Juan Manuel Santos.
“Quiero felicitar al presidente Santos, la democracia consiste en esto”, afirmó Zuluaga.
“Perdimos con altura, con entereza”, dijo Zuluaga, delfín del influyente ex-Presidente y senador electo Álvaro Uribe, al dirigirse a miles de sus seguidores reunidos en su sede en el centro de la capital.
“No más Farc, no más Farc”, gritaban los militantes en referencia a uno de los ejes de la campaña de Zuluaga, muy crítico de la forma en que el Gobierno negocia un fin al conflicto armado de medio siglo en Colombia.
“Me siento muy orgulloso de haber sido el candidato del uribismo”, señaló el exministro de Hacienda de Uribe.
En un lienzo colocado frente al candidato se leía “Paz sin impunidad”, mientras sus seguidores gritaban y aplaudían al derrotado aspirante.
La excandidata presidencial del Partido Conservador, Marta Lucía Ramírez, que se unió a la campaña de Zuluaga tras la primera vuelta del 25 de mayo, lo escoltó en su discurso y dijo que seguirán “insistiendo en que cualquier negociación debe realizarse con condiciones”. Unos 246,000 policías y militares vigilan la jornada electoral, acompañados por más de un centenar de observadores internacionales AFP/Efe