La Organización Mundial de la Salud insistió hoy martes en sus dudas sobre la emisión de certificados de vacunación contra la COVID-19, y que éstos se utilicen como requisito para entrar o salir de distintos países, de forma similar a los pasaportes.
'En este momento no estamos a favor de que la vacunación sea un requisito para entrar o salir de los países, porque aún no sabemos a estas alturas a qué nivel reducen las vacunas la transmisión', señaló en rueda de prensa la portavoz de la OMS Margaret Harris.
La fuente oficial explicó que incluso en el caso de las personas ya vacunadas no se sabe por ahora cuánto tiempo pueden durar los anticuerpos en su organismo y por tanto si una sola vacunación es suficiente o ésta tendría que hacerse de forma periódica.
'También hay que tener en cuenta la cuestión de la discriminación que estas medidas supondrían para gente que por determinada razón no se ha podido vacunar', insistió Harris.
Pese a las dudas que genera esta iniciativa en la OMS, el uso de certificados de vacunación si está avanzando en territorios como la Unión Europea, donde se espera que este tipo de documento esté listo antes del verano, y las aerolíneas también piden su implementación para reactivar el transporte aéreo, muy afectado por la pandemia.
Mundo postcovid 'más justo y sano'
Tras una pandemia que ha impactado en mayor medida a los más desfavorecidos y ha ampliado la brecha sanitaria y económica entre países, el mundo debe actuar para lograr un mundo postcovid 'más justo y más sano', afirmó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).En una llamada a la acción internacional que se publica en la víspera del Día Internacional de la Salud, la OMS presentó varias propuestas para resolver las actuales desigualdades en materia sanitaria, que en algunos casos se han hecho más patentes que nunca durante la crisis generada por la COVID-19.
'La pandemia se ha expandido aprovechando las desigualdades de nuestras sociedades y la brecha de nuestras redes sanitarias', señaló al respecto el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien subrayó que es vital que los gobiernos inviertan más en fortalecer sus sistemas de atención a la salud.
En el comunicado, la OMS afirma que los contagios y muertes por COVID-19 han sido más altos entre comunidades discriminadas, pobres, excluidas socialmente o que sufrían ya antes crisis humanitarias, y añade que la pandemia arrastró a la extrema pobreza a unos 120 millones de personas el pasado año.
La desigualdad también persiste más allá de la pandemia, como muestra la OMS al recordar que las tasas de mortalidad infantil se duplican en las familias pobres con respecto a las ricas o que la esperanza de vida en los países de bajos ingresos es como media 16 años menor a la de las naciones desarrolladas.
Acceso igualitario
Por este motivo, la OMS pide en su llamada a la acción que se acelere el acceso igualitario a vacunas, tratamientos y otras herramientas contra la COVID-19, por ejemplo mediante inversiones en el Acelerador ACT, creado por esta agencia de la ONU para universalizar estas armas contra el coronavirus.La OMS recuerda que ese programa todavía requiere una inversión adicional de 22.100 millones de dólares, mucho menos de lo que muchos Estados han gastado en sus programas de estímulo para hacer frente a los efectos económicos de la crisis sanitaria.
También exige una mayor inversión mundial en atención primaria, recordando que más de 800 millones de personas en el mundo se ven obligadas a gastar un 10 por ciento de sus ingresos en cuidados sanitarios por falta de redes de atención gratuita en sus países.
La organización renueva en este sentido su llamada a que los gobiernos aumenten un punto porcentual de su PIB en atención primaria y subraya que avanzar en este sentido puede salvar 60 millones de vidas en los países en desarrollo en la actual década.
La OMS recuerda que hay un déficit global de unos 18 millones de trabajadores sanitarios para lograr el objetivo de conseguir una cobertura universal antes de 2030 y pide priorizar la salud y la protección social en las políticas estatales, crear entornos de vida más saludable y mejorar el intercambio de información en salud.