Bogotá.
El riesgo para los líderes y activistas de derechos humanos en Colombia ha aumentado hasta un 30% desde la firma de la paz con la exguerrilla de las FARC, alertó este miércoles la ONG Human Rights Watch (HRW).
El fin del conflicto con el ya disuelto grupo rebelde disparó la inseguridad para la actividad que desarrollan estos dirigentes en algunas zonas del país, según el director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco.
'La situación de inseguridad en algunas regiones del país, especialmente a raíz del proceso posterior al conflicto, ha aumentado hasta un 30 por ciento', dijo el representante de la ONG, tras reunirse con el presidente Juan Manuel Santos.
Pese a ello, Vivanco reconoció el trabajo 'sin precedentes' del gobierno y la sociedad civil para proteger a los activistas, pero estimó necesario 'redoblar esfuerzos para eliminar esas prácticas'.
Entre 2016 y 2018 la fiscalía ha identificado a 160 líderes asesinados, y 50% de los casos han sido esclarecidos, según Santos.
Sin embargo, el 1 de marzo la Defensoría del Pueblo (ombudsman) suministró una cifra más alta, 282 víctimas en igual periodo, muchas de ellas por promover 'la implementación del proceso de paz'.
Detrás de las muertes están los rebeldes guevaristas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidentes de las FARC, así como grupos narcotraficantes y de origen paramilitar, de acuerdo con el organismo que vela por las garantías fundamentales.
Durante el encuentro de este miércoles fue anunciado un plan para proteger a los líderes y activistas de manera 'colectiva' y ya no individual, lo cual fue bien recibido por el director de HRW.
Santos firmó la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a finales de 2016, tras cuatro años de negociaciones que condujeron al desarme de unos 7.000 combatientes y que convirtieron a la guerrilla en partido político.
El riesgo para los líderes y activistas de derechos humanos en Colombia ha aumentado hasta un 30% desde la firma de la paz con la exguerrilla de las FARC, alertó este miércoles la ONG Human Rights Watch (HRW).
El fin del conflicto con el ya disuelto grupo rebelde disparó la inseguridad para la actividad que desarrollan estos dirigentes en algunas zonas del país, según el director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco.
'La situación de inseguridad en algunas regiones del país, especialmente a raíz del proceso posterior al conflicto, ha aumentado hasta un 30 por ciento', dijo el representante de la ONG, tras reunirse con el presidente Juan Manuel Santos.
Pese a ello, Vivanco reconoció el trabajo 'sin precedentes' del gobierno y la sociedad civil para proteger a los activistas, pero estimó necesario 'redoblar esfuerzos para eliminar esas prácticas'.
Entre 2016 y 2018 la fiscalía ha identificado a 160 líderes asesinados, y 50% de los casos han sido esclarecidos, según Santos.
Sin embargo, el 1 de marzo la Defensoría del Pueblo (ombudsman) suministró una cifra más alta, 282 víctimas en igual periodo, muchas de ellas por promover 'la implementación del proceso de paz'.
Detrás de las muertes están los rebeldes guevaristas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidentes de las FARC, así como grupos narcotraficantes y de origen paramilitar, de acuerdo con el organismo que vela por las garantías fundamentales.
Durante el encuentro de este miércoles fue anunciado un plan para proteger a los líderes y activistas de manera 'colectiva' y ya no individual, lo cual fue bien recibido por el director de HRW.
Santos firmó la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a finales de 2016, tras cuatro años de negociaciones que condujeron al desarme de unos 7.000 combatientes y que convirtieron a la guerrilla en partido político.
