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Conozca sobre los 'narcosatánicos' de México

  • 09 abril 2017 /

La práctica de una religiónafroamericana llevó a Aldolfo de Jesús Constanza y a Sara Aldrete a asesinar a más de diez personas y utilizar sus restos en ritos de brujería.

Redacción.

Corría el año de 1989 y el 6 de mayo la capital mexicana vivió una de las escenas policíacas más memorables de su historia: la Policía intenta capturar a Adolfo de Jesús Constanzo, líder de la banda de los 'narcosatánicos', acorralándolo en el interior de un supermercado en la Ciudad de México.

Esta banda era conocida por traficar droga hacia Estados Unidos y realizar ritos de brujería con la sagre y órganos de víctimas que secuestraban para tal fin.

Adolfo de Jesús y varios miembros de su organización llegaron al supermercado para comprar algunos víveres. Entre esos miembros se encontraba Sara Aldrete, una estudiante de antropología amiga de Constanzo, que mandó una carta de auxilio a la policía agurándoles que la tenían de rehén.

Al llegar al establecimiento, la Policía abrió fuego contra Constanzo y sus compinches quienes intentaron escapar, pero los uniformados los tenían completamente rodeados, entonces Constanzo le ordena a uno de sus compañeros que le dispare y muere. Los otros sujetos fueron abatidos por la Policía.

Sara Adrete fue la única capturada y sentenciada a más de 600 años de prisión en 1989 acusada de ser cómplice de Constanzo.

Sin embargo, de los tres cargos que la acusaron ,sólo fue encontrada responsable de encubrimiento entonces las autoridades redujeron su pena a 50 años de cárcel, de los cuales ha cumplido la mitad, después de ser torturada.

Pero, ¿Cómo llegó una estudiante de antropología de clase media alta a involucrarse con una banda delictiva?

Foto: La Prensa

la Policía realizó el hallazgo de 13 cuerpos enterrados en el rancho Santa Elena.
De estudiante a cómplice del narcotráfico

Sara Adrete conoció a Constanzo en 1987 en Matamoros, al norte de México, desde donde el hombre controlaba una estructura criminal que enviaba droga hacia Estados Unidos. En ese momento Adrete se convirtió en su mano derecha.

Constanzo tenía ascendencia cubana y fue bautizado por el rito del 'palo mayombe', una religión de origen congoleño practicada por los esclavos llegados a Cuba en la época colonial.

Esta religión practica ritos en los que se utilizan sagre y órganos humanos para buscar protección de los 'dioses'. Constanzo utilizaba estas prácticas para proteger a su banda criminal creando el narcosatanismo.

La banda 'narcosatánica' de Constanzo se estableció en Matamoros y apartir de ese momento comenzó la desaparición misteriosa de personas de los alrededores.

En 1989 la policía detiene en un operativo de rutina a David Serna, uno de los integrantes de la banda, y en su vehículo encontraron droga un extraño caldero con restos de sangre, un corazón y partes de una columna vertebral que más tarde confirmarían que eran parte del cuerpo del estudiante estadounidense Mark Kilroy, reportado como desaparecido mientras realizaba un viaje a México.

Serna dio pistas sobre la ubicación de la organización que operaba en el rancho Santa Elena en Tamaulipas donde la Policía encontró enterrados los cuerpos mutilados de 13 víctimas a las que les habían sacado el corazón, el cerebro y partes de la columna vertebral que utilizaban para preparar un brebaje que usaban en sus ceremonias de santería, que además decían otorgaba poderes especiales a quienes lo bebieran.

En esa ocasión, Sara y Constanza, así como los demás miembros de la organización, lograron huir hacia la ciudad de México donde la Policía realizó el operativo que acabó con la vida del líder. Sólo Sara ha sido condenada por estos hechos.

Foto: La Prensa

A lo largo de los años, Sara Adrete ha concedido entrevistas a diversos canales de televisión como Univisión.

'Sólo era su amigo'

A pesar de ser llamada por los medios de comunicación como 'La Sacerdotiza' o 'La Madrina' y ser involucrada sentimentalmente con Constanza, Sara siempre se ha referido a él como un amigo de quien nunca sospechó.

Adrete admitió que sólo participó en una de sus ceremonias como parte de los estudios de antropología que realizaba en los años ochenta.

Sara Adrete cumple su condena en una cárce de Baja Califronia y escribió un libro titulado 'Me dicen la narcosatánica', donde argumenta su inocencia y denuncia las torturas a las que fue sometida por las autoridades mexicanas.