Escuchas son pláticas donde jefes de la MS-13 hablan de JOH

La Fiscalía de Estados Unidos solicitó a la Corte del Distrito Sur de Nueva York admitir evidencias secretas y grabaciones de llamadas como pruebas en el juicio contra Juan Orlando Hernández.

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En los audios habla Alexander Mendoza, alias Porky, y Elías Campbell sobre lo que hacía JOH, así como el Tigre Bonilla.

vie 9 de febrero de 2024

En conversaciones de cabecillas de la Mara Salvatrucha (MS-13) como Alexander Mendoza, alias Porky, interceptadas en 2015 ya mencionaban la vinculación del expresidente Juan Orlando Hernández en el narcotráfico.

Esas grabaciones de llamadas fueron parte de las investigaciones que sirvieron para capturar y luego condenar por asociación ilícita al Porky y la mayor parte de la estructura de la MS-13.

Ahora serán utilizadas como pruebas en el juicio en contra del expresidente Juan Orlando Hernández, confirmado para el 12 de febrero. Esas grabaciones trascendieron en Honduras en febrero de 2020 y los mencionados nunca fueron investigados.

Pruebas en juicio de JOH

La Fiscalía de Estados Unidos solicitó a la Corte Federal del Distrito Sur que se admita un legajo de evidencia secreta y una serie de llamadas telefónicas interceptadas que implican al acusado en la conspiración.

La Fiscalía sostiene que se trata de cuatro llamadas hechas por cabecillas de la Mara Salvatrucha y Juan Carlos “Tigre” Bonilla, exjefe de la Policía Nacional, que fueron interceptadas legalmente por las autoridades hondureñas en 2015.

“Varios de los cómplices del acusado (JOH) hicieron declaraciones a testigos, o a otros cómplices en presencia de testigos, sobre la conspiración de narcotráfico, sus esfuerzos para protegerse a sí mismos y su operación de narcotráfico y sus intentos de aumentar su poder en Honduras a través de la corrupción y los sobornos alimentados con cocaína”, manifiesta el documento presentado por los fiscales.

Continúa diciendo el documentos presentado ayer en la Corte que el Gobierno también espera que Leonel Rivera testifique que Los Cachiros utilizaron la MS-13 tanto para proteger los cargamentos de droga de la conspiración en Honduras como para llevar a cabo actos de violencia en su nombre”.

Asimismo, ratifica que “el acusado (JOH) y Bonilla formaban parte de la misma conspiración; por ejemplo, la Corte ya ha dictaminado que las pruebas relacionadas con la participación de Bonilla en un asesinato bajo la dirección del hermano del acusado, Tony Hernández, son admisibles como pruebas de las operaciones de la conspiración y tienen que ver con la naturaleza, estructura y roles en la conspiración”.

Conversación telefónica de la MS-13

La primera llamada grabada se realizó el 5 de junio de 2015 entre el jefe de la MS-13, Yulan Adonay Archaga Mendoza, alias el Porky, y una mujer no identificada (CC-1), en la que se discutió que la presidencia del acusado no iba a durar mucho más porque había mantenido una conversación telefónica interceptada con el Tigre Bonilla, durante la cual se discutió que el acusado había recibido millones de dólares de parte de Héctor Emilio Fernández Rosa, alias Don H, y el cartel de los Valle Valle.

Sobre las llamadas, los fiscales argumentan que son admisibles y pretenden demostrar en el juicio que “Bonilla y los Valle trabajaron con el acusado y sus coconspiradores para traficar narcóticos a través de Honduras y hacia Estados Unidos y, a cambio, el acusado recibió sobornos de los Valle para su primera campaña presidencial”.

La segunda comunicación intervenida quedó grabada el 19 de junio de 2015 entre Mendoza y David Elías Campbell, otro jefe de la MS. Mendoza le dijo a Campbell “que el acusado había asignado un equipo policial de élite para intentar matar a un narcotraficante, Bayron Ruiz, quien había trabajado con el acusado y su hermano Tony Hernández para evitar que ese traficante fuera arrestado por las autoridades estadounidenses y potencialmente los expusiera si decidía cooperar contra ellos”.

Alrededor del 29 de septiembre de 2015, Mendoza, Campbell y Jairo Anwar en otra de las llamadas discutieron que Cachiros estaban bajo custodia en Nueva York. “Estaban jugando al gato y el ratón” porque renunciaron a todas los “rutas” que “el presidente” (el acusado) les había dado como parte del “trato”.