El Consulado de Honduras en Valencia se convirtió en un centro de acopio de víveres, insumos y ropa para los afectados por el temporal que azotó esta región a finales de octubre.
Informaron que este lunes seguirán recibiendo la ayuda, que no solo llevan hondureños residentes en España, sino personas de otras nacionalidades.
En Valencia viven unos 15,000 hondureños, de los 250,000 que residen en España, según registros de la Cancillería.
Ayer la cifra de fallecidos ascendió a 217, la inmensa mayoría de ellas, 213, se produjeron en la provincia de Valencia, en donde los pobladores sufren por la falta de alimentos, agua, entre otros, y las calles están llenas de barro y enseres destrozados.
Los reyes de España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el presidente regional de Valencia, Carlos Mazón, llegaron ayer a Paiporta, epicentro del temporal, pero fueron recibidos con la indignación de la gente.
Los escoltas actuaron creando un cordón de seguridad en torno a los visitantes reales, y trataron de protegerlos del lodo y los objetos que les lanzaban abriendo paraguas sobre sus cabezas y replegándose ante un ambiente marcado por la tensión y la rabia.
Sin embargo, el barro acabó manchando la cara del rey Felipe VI y una pala fue dirigida a la espalda del presidente del Gobierno, que fue evacuado por el protocolo de seguridad.
La reina Letizia, unos pasos más atrás, se secaba lágrimas mientras algunas mujeres le aseguraban que esto “no es por usted”.
“Tres días para que llegue el ejército, no tenemos ropa, no tenemos comida, no tenemos nada”, les dijeron dos mujeres a la reina, a quien aseguraron que “nos están mintiendo”, a lo que ella, visiblemente superada por la situación, les confesó: “tenéis razón”.
“¿Por qué no han venido antes?”, lloraba una mujer cogiéndole la mano. “¡Desplegad al ejército!”, le exigía un joven que segundos antes había estado acusando al monarca de tener las manos “manchadas de sangre”.
Tras estas audiencias improvisadas, Felipe VI se encaminó hacia su coche, donde, antes de entrar, juntó sus manos en señal de perdón.
Tras los incidentes el Rey dijo que hay que entender “el enfado y la frustración”
“A esas personas (los afectados) hay que darles esperanza, atenderles la emergencia, pero también garantizarles que el Estado en toda su plenitud está presente”, subrayó el monarca.