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“Dios hizo las cosas fenomenales”: Doctor hondureño que salvó a bebé en vuelo a Miami

  • 07 junio 2023 /

El doctor Suamy Bermúdez revivió el heroico momento en que él y una colega le salvaron la vida a Milagro y a su madre en un vuelo a 39 mil pies de altura

Panamá, Panamá

El doctor ceibeño Suamy Bermúdez nunca se imaginó que el jueves 25 de mayo su vida iba a cambiar y que ganaría fama mundial al convertirse en el ángel de una familia nicaragüense a 39 mil pies de altura.

El galeno viajaba de San Pedro Sula a Miami y cuando llevaban poco tiempo en el aire, Abigail, una joven nicaragüense que tenía 27 semanas de embarazado comenzó a presentar contracciones que anunciaban el nacimiento de su bebé.

Sobrecargo del vuelo comenzó a manejar la situación, pero todo se fue complicando y fue cuando decidieron a pedir ayuda de algún médico en el vuelo. Ahí iban Amanda Lacayo de Nicaragua y Suamy Bermúdez de Honduras.

El médico hondureño, que trabaja como insternista en el hospital de Atlántida y en una clínica privada de La Ceiba, pidió guantes y lo primero que encontró fue que la bebé estaba lista para nacer, pero de entrada presentaba dos problemas: era prematura y venía de pies.

Él es Suamy Bermúdez, el heroico doctor hondureño que asistió un milagroso parto en pleno vuelo

”Cuando siento que la bebé venía de pie alcé mi cabeza y dije “oh Dios mío”, en cuaquier hospital del mundo, eso era para una cesaria. Tenía 27 semanas de embarazo, era primeriza y la bebé venía de pie, para hacerle una cesarea y pasar al bebé a cuidados intensivos pediátricos con todo el equipo listo. Pero no teníamos de otra, lo teníamos que atender”, comenzó contando a LA PRENSA.

Los doctores Suamy Bermúdez y Amanda Lacayo. A la derecha la pequeña Milagro.

El galeno recuerda todo perfectamente como que haya sido ayer. “Ella estaba acostada, y hay algo que me da hasta escalofríos cuando lo recuerdo porque ella estaba con el dolor y estaba orando, había un fervor en ella... “Que no le pase nada a mi bebita, Dios te pido por mi bebita”, oraba”, relató.

Lo primero que hizo el doctor fue sacar el hombro derecho y luego el hombro izquierdo; la nena venía boca abajo.

“En mi mano izquierda tomé a la niña y con mi dedo pulgar de mi mano derecha comencé a darle masaje porque su pulso era muy lento y su respiración muy aritifical. En eso la doctora agarró como una manta y comenzó a darle respiración de boca a boca hasta que la niña se puso rosada y lloró, en ese momento todo el mundo en el avión comenzó a gritar”, dijo emocionado.

Reconoce que Dios hizo que todo saliera a la perfección porque lógicamente habían limitantes, pero no hubo necesidad de usar algo que no había en el botiquín del vuelo.

“Es una tremenda responsabilidad, los sobrecargos estaban tensos, la señora encargada de sobrecargo tenía cuarenta años de trabajar y hasta estaba a punto de jubilarse y dijo que era la primera vez que le pasaba algo como esto. Ellos se convierton en los asistentes, ellos buscaban medicamentos. Había cosas que no habían pero no la necesitamos, por ejemplo como la niña nació boca abajo no succionó ningún líquido, si hubiese nacido boca arriba a lo mejor hubieramos tenido que succionarla con la boca, pero como les digo yo, Dios hace las cosas fenomenalmete bien porque no necesitamos ponerle una sola inyección, solo hacer lo que estaba dentro de nuestras posibilidades hacer”, aceptó.

El doctor se reunió con Abigail y su familia en Miami el 29 de mayo.

¿Qué sintió cuando tenía la bebé en sus manos? Se le pregunto. “Es un momento en el que casi me pongo a llorar, cuando saqué a la niña estaba rosadita, pero se comienza poner morada y cuando la doctora le da respiración y se pone rosada y llora, fue un alivio porque si la niña se nos hubiera muerta sería un fracaso para nosotros aunque hubieramos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance”, respondió.

Una vez que la niña lloró se cubrió a la bebé y se le cortó el cordón unbilical. “Afortunadamente la mamá no tuvo sangrado. Luego analizamos con la doctora que había que bajar en un aeropuerto porque faltaba hora y media para llegar a Miami y bajamos a Cancún”, añadió.

“Toda la gente del vuelo super emocionados incluso cuando bajaron a Abi (mamá de la bebé) a gente la ovacionó porque se comportó muy valiente”, contó el ceibeño.

Lo primero que hizo el doctor al llegar a Miami fue tomarle una foto al avión y se la enseñó a Mauro, que era quien viajaba junto con Abigail y le dijo que le contara a la bebé en dónde había nacido. “Cada quien agarró su camino, yo no había tomado nota ni de cómo se llama la doctora”, reconoció.

Este fue el avión en que nació la pequeña Milagro.

“Ha sido lo máximo que me ha pasado en mi carrera. Yo he parteado, pero en estas circunstancias, el tener en mi mano a esa niña y ver que se estaba muriendo, hacer las maniobrar, es algo increíble”.

El doctor Suamy Bermúdez llego el 25 de mayo a Miami, dos días despupes se fue a Orlando, Florida a una reunión de trabajo y el 29 de mayo volvió a Miami.

“Nos vimos en un restaurante de un amigo en Miami y ellos me dicen que todo estaba en las redes sociales, yo no tengo por costumbre escribir las cosas que hago por los pacientes, hay un respeto hacia el paciente, para la gente fue heroico y a lo mejor lo sea, pero la acción no lleva esa intencionalidad, si no resolver. La doctora le contó a una hermana y ella fue quien redactó todo lo que había pasado, así que me doy cuenta de todo hasta cuatro días después”, contó.

Abigail la madre de la mamá está bien, estuvo hospitalizada dos días en Cancún, el 27 de mayo le dieron de alta. La bebé sigue en cuidados intensivos, en incubadora, la alimentan por sondas, pero está estable y va ganando peso. Hace dos días intentaton quitarle el ventilador artificial pero no respondió bien y se lo volvieron a poner.

El doctor reveló a La Prensa que la nena se llama Milagro, por razones obvias. “Hicieron un consenso para ver qué nombre le ponían y la verdad que ese le queda bien”.

Ahora el doctor solo espera que a la pequeña le den de alta para poderla tomar otra vez en su brazos. Actualmemte el doctor se encuentra en un congreso medico en Panamá y dice que sus colegas comenzaron a decir: “no se preocupen que si hay una embarazada, aquí tenemos el doctor”, contó entre risas.

“No sé si la van a nacionalizar mexicana, nicaragüense, estadounidense, no he revisado la legislación”, puntualizó.