Su nombre es Victoria de Dios y pesó seis libras con ocho onzas. Es un milagro y pasará a la historia por ser la primera bebé que nació en Honduras por fertilización “in vitro” y asistida con inteligencia artificial (IA).
También pasa a la historia el equipo médico, liderado por el ginecólogo y científico Eduardo Bueso, el ginecólogo Miguel Crespín, el pediatra Iván Pineda, el anestesiólogo Edgardo Umaña y el embriólogo guatemalteco Fredy Mejía Rodríguez.
El nacimiento tuvo lugar en el Hospital del Valle ayer, en medio de la alegría por la vida de la bebé, la felicidad del matrimonio que vio cumplido el sueño de ser padres y el avance médico que seguirá beneficiando a parejas que no pueden tener hijos de manera natural. Hay siete embarazos en este momento asistidos con inteligencia artificial en el hospital, la que permite seleccionar con algoritmos el mejor óvulo y el mejor espermatozoide para formar el embrión.
Ciencia y fe
El nacimiento de Victoria de Dios es una historia de avances médicos, pero también de fe, sacrificio y dedicación. Los padres son profesionales que se casaron y buscaban conformar una familia, pero nunca imaginaron que tendrían problemas para tener hijos.
Lo intentaron de manera natural y no lo lograron, se sometieron a inseminación artificial y no hubo resultados, luego procedieron a una fertilización “in vitro” y no tuvieron el resultado esperado.
La fe y el sueño de ser padres los llevó a someterse a una segunda fertilización “in vitro”, pero esta vez asistida con inteligencia artificial y después de un año de tratamiento nació sana Victoria de Dios.
La pareja de hondureños se mudó a San Pedro Sula porque la madre recibía chequeos casi diarios, pero todos esos sacrificios valieron el esfuerzo.
El proceso
El científico Eduardo Bueso y el embriólogo guatemalteco Fredy Mejía se han preparado por años para este momento. “Tuvimos el primer nacimiento asistido con IA, la bebe midió 48 centímetros y pesó seis libras con ocho onzas. Nació sana a pesar de que fue un embarazo complicado, pero sin ningún incidente”, dijo Bueso a LA PRENSA.
Detalló que se trata de una paciente que tuvo varias pérdidas gestacionales y esta vez no podían darse el lujo, por así decirlo, de tener una pérdida más.
“Recurrimos a la IA, que son herramientas, no son robot ni aparatos, como cree que la gente. Es tecnología y “big data” que se utiliza para hacer algoritmos que sirven para tomar decisiones objetivas y de esa forma lograr tener mayor precisión y seguridad en el diagnóstico y tratamiento de estos embarazos”, indicó.
El médico aclaró que así como la naturaleza hace su proceso de selección, porque no todos los espermatozoides llegan a la trompa de Falopio, así en los casos de fertilización “in vitro” asistido por IA se busca utilizar algoritmos que dan conclusiones, con base en la información procesada de cada persona. Lo anterior permite escoger el mejor espermatozoide y el mejor óvulo para juntarlos y tener el embrión. Asegura que se valora su desarrollo y al llegar al quinto día se vitrifican y luego se busca el momento adecuado para hacer la transferencia de los embriones que previamente tuvieron un proceso de selección objetiva de posibilidades mediante la IA.
Aseguró que la inteligencia artificial “no viene a desplazar a nadie y debe verse como una herramienta para que los embriólogos y los que nos especializamos en medicina reproductiva la utilicemos y podamos tener mejores resultados. Las parejas se casan tarde (mayores) y muchos tienen problemas para tener hijos. Con la IA buscamos tener mejores resultados usando en estos casos teoremas, herramientas y el programa Kidscore”, dijo.
El científico está feliz y dice que su mayor satisfacción es ver padres felices. “La madre es la verdadera heroína en todos estos procesos”, aseguró Bueso.
