No es tanto el pago que evaden diariamente 350 rastras lo que ha llevado a que la Concesionaria Vial Honduras (Covi Honduras) implemente el dispositivo Barrera antifuga, sino que evitar el caos y las maniobras peligrosas que hacen los conductores al pasar por los tres peajes en la carretera del norte.
Aunque la medida es considerada “extrema” por los usuarios, David Palma, gerente de Covi, asegura que se tuvo que tomar porque se agotaron las opciones, y ante la falta de respuestas del Gobierno, tienen que actuar.
No las quitarán
Según Palma, cuando la SAPP les proponga otra alternativa para detener las fugas “quitamos las barreras, porque en el caos no podemos vivir”.
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Las cámaras fue otra idea, pero como no hay legislación que permita usar esa tecnología no hay respuestas y tomamos medidas”, explicó Palma. Covi informó que es apenas un 10% de los vehículos pesados los que huyen y ponen en riesgo a otras personas, como empleados, vendedores ambulantes y peatones, pero el 90% sí está pagando el peaje.
Es un 10% de rastras que evaden el pago y deben pasar a 20 kilómetros por hora, pero al no pagar lo hacen a 60.
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“Que quiten las trampas”. La decisión unilateral de colocar estas barreras antifuga fue una decisión de Covi, y ante esa determinación la Superintendencia de Alianzas Público-Privadas le solicitó a la concesionaria que quite las trampas que también denominan “ponchallantas”.
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Ante la medida que no fue consensuada y el malestar de los conductores que transitan por el corredor norte del país, la Superintendencia instruyó para que se quiten las barreras.
“La Superintendencia instruye a la concesionaria remover inmediatamente ese obstáculo que se ha puesto y volver la carretera a su estado original”, dijo Castellón.
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