¿Se deberían extirpar los cálculos renales aunque sean pequeños?

Muchas personas sufren recaídas por crecimiento en los cálculos y necesitan cirugía de emergencia.

REDACCIÓN. Todo el que haya tenido un grande y doloroso cálculo renal quiere evitar que el episodio se repita. Ahora, un nuevo ensayo confirma una estrategia preventiva: eliminar los pequeños cálculos “silenciosos” antes de que den problemas.

Cuando las personas desarrollan un cálculo renal que es suficientemente doloroso como para requerir la eliminación, las pruebas de imágenes con frecuencia revelan que también tienen unos cálculos asintomáticos más pequeños.

Y los médicos saben que hay muchas probabilidades de que estos cálculos puedan provocar síntomas más adelante. La situación parece una obviedad: si de cualquier forma se va a someter a una cirugía, saque esos cálculos pequeños antes de cerrar.

Y para muchos urólogos que tratan los cálculos renales, esta es una opción obvia. El nuevo estudio de la revista New England Journal of Medicine puso esta suposición a prueba.

Con frecuencia, un cálculo se puede expulsar en la orina sin demasiada agonía. Pero cuando un cálculo de mayor tamaño provoca un bloqueo en la orina o un dolor insoportable, el tratamiento es necesario.

¿CÓMO HACERLO?

Hoy en día, lo más frecuente es que esto implique el uso de un tubo delgado y flexible con una cámara, llamado ureteroscopio: la sonda se lleva a través de la uretra y la vejiga hasta el cálculo, y el médico utiliza unos instrumentos especiales para cogerlo.

En los casos en que el cálculo es muy grande, se podría eliminar a través de una pequeña incisión en la espalda, un procedimiento que se llama nefrolitotomía percutánea.

Hay casos en que los cálculos renales se tratan de forma no invasiva, con un procedimiento llamado litotrisia con ondas de choque.

Administra unas ondas de sonido de alta energía a través de la piel para romper el cálculo en minúsculos fragmentos que pueden salir.

CIFRA: Los cálculos renales afectan a alrededor un 10% de las personas en algún momento, según la National Kidney Foundation.

LA HIDRATACIÓN ES CLAVE

Los cálculos tienden a ser “estacionales”, es decir, son más comunes cuando hace calor porque las personas sudan más y orinan menos, lo que facilita la formación de los cálculos. Así que es importante mantener la producción de orina al beber mucha agua.

Cuando se eliminan los cálculos secundarios es posible que se formen nuevos cálculos. Por eso es importante que los pacientes hagan cambios en la dieta y en el estilo de vida.