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Giménez, quien ha documentando casos de cáncer de mama durante 40 años, indicó que este problema comienza en las mujeres con una propensión a la diabetes, que en la pubertad manifiestan menstruaciones dolorosas, en la adolescencia presentan quistes en ovarios y como adultas tienen dificultades para embarazarse o durante la gestación.
Agregó que una gran proporción de mujeres que no limitaron su consumo de harinas, a pesar del historial médico, desarrollaron cáncer de mama y diabetes mellitus.
Giménez coincidió con las conclusiones de un estudio conducido por el doctor Alan R. Gaby, de la universidad estadounidense de Yale y publicado en la gaceta médica Medaus, en el que se comprobó que una dieta alta en harinas y dulces eleva los riesgos de cáncer de mama.
El experto mexicano destacó el vínculo estrecho entre la aparición de este cáncer con los altos niveles de ingesta de carbohidratos.
Añadió que en las pacientes postmenopáusicas, la ingesta de azúcares resultó significativamente asociada al aumento de estrógenos causantes de tumores.