Cualquiera que sufre síntomas frecuentes de migraña conoce la experiencia: las punzadas, el dolor, las molestias visuales.
Hace mucho que el ejercicio es una forma potencial de reducir los desencadenantes de las migrañas, pero un nuevo estudio sugiere que podría ser particularmente efectivo con desencadenantes como el estrés, la depresión y los problemas para dormir.
'Es una relación compleja, pero sabemos que el ejercicio, en términos generales, ayuda a aumentar los niveles de unos neurotransmisores buenos, como la dopamina, la norepinefrina, la serotonina, que contribuyen no solo a que haya menos dolores de cabeza, sino también al estado de ánimo y al bienestar general', comentó el autor del estudio, el doctor Mason Dyess, miembro sénior de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.
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El ejercicio también mejora la salud del corazón y ayuda con la gestión del peso, que también se asocian con un mejor control de la migraña, apuntó Dyess.
Moderado o leve, siempre ayuda
El estudio incluyó a más de 4,600 personas diagnosticadas con migraña. Alrededor de un 75 por ciento tenían 15 migrañas o más al mes. El 25 por ciento restante tenían 14 o menos.
Los participantes del estudio completaron un cuestionario sobre las características de sus migrañas, el sueño, la depresión, el estrés y la ansiedad. También respondieron a preguntas sobre qué cantidad de ejercicio de moderado a vigoroso hacían cada semana: trotar, caminar a paso muy vivo, jugar un deporte, hacer una limpieza exhaustiva y andar en bicicleta, por ejemplo.
Los investigadores dividieron a los participantes en cinco grupos según la frecuencia del ejercicio, que iba desde ninguna hasta más de 150 minutos por semana, el mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Más o menos un 27 por ciento hacía la cantidad recomendada o más.
Los participante que hacían menos ejercicio del recomendado tenían unas tasas más altas de depresión, ansiedad y problemas del sueño, encontró el estudio.
Los investigadores encontraron que un 47 por ciento de las personas que no hacían ejercicio tenían depresión, un 39 por ciento tenían ansiedad, y un 77 por ciento tenían problemas del sueño.
En comparación, alrededor de un 25 por ciento de los del grupo más activo tenían depresión, un 28 por ciento tenían ansiedad, y un 61 por ciento tenían problemas del sueño.
El estudio también encontró un vínculo entre el ejercicio y la frecuencia de los dolores de cabeza. En el grupo que no hacía ejercicio, un 5 por ciento tenían entre cero y cuatro días con dolores de cabeza al mes, mientras que muchos más (un 48 por ciento) tenían 25 o más días con dolores de cabeza al mes.
En el grupo que hacía mucho ejercicio, un 10 por ciento tenían dolores de cabeza con una frecuencia baja, y un 28 por ciento tenían dolores de cabeza con una frecuencia alta.
El Dr. Mark Green, miembro del Consejo de Liderazgo en la Atención de la Salud de la National Headache Foundation, y profesor de neurología de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, aconsejó a las personas que sufren de migrañas que tengan cuidado con sus rutinas de ejercicio.
La constancia es la clave, ya sea que se trate del ejercicio o de otras actividades que pueden resultar beneficiosas, como controlar la cafeína, los horarios para despertarse e irse a la cama, la alimentación y la hidratación, aseguró Green, que no participó en el estudio.
Sugiere a sus pacientes que comiencen una rutina de caminar 3.5 millas (5.6 kilómetros) en una cinta caminadora con una inclinación de 4 grados cada día. Recomienda aumentar el ángulo, no la velocidad, si alguien quiere hacer un ejercicio más intenso.