Las mascotas pueden ser inestimables para las personas con problemas de salud mental

La cercanía de sus mascotas les ofrecían una fuente inmediata de calma

Estados Unidos

Los gatos, los perros, las aves y otras mascotas pueden ayudar a las personas a gestionar sus trastornos mentales, señala un estudio reciente.

Investigadores de Reino Unido preguntaron a más de 50 adultos con afecciones mentales a largo plazo sobre el rol que sus mascotas desempeñan en sus redes sociales.

Un 60% ubicaban a las mascotas en el círculo central y más importante, por encima de los familiares, amigos y pasatiempos. Otro 20% ubicaba a las mascotas en el segundo círculo.

Muchos dijeron que la presencia constante y la cercanía de sus mascotas les ofrecían una fuente inmediata de calma. Las mascotas ayudan a algunos a distraerse de sus síntomas y las experiencias enervantes, como escuchar voces o los pensamientos suicidas.

'Uno quiere simplemente desaparecer en un agujero... los gatos me obligan a seguir involucrado con el mundo', comentó un paciente.

Otro paciente dijo 'no pienso en las voces, solo pienso en las aves que cantan'.

Los hallazgos se publicaron el 8 de diciembre en la revista BMC Psychiatry.

'Las personas con las que hablamos durante el estudio sentían que sus mascotas tenían varios roles positivos, como ayudarles a gestionar el estigma asociado con su salud mental al ofrecerles aceptación sin juicios', dijo la autora líder del estudio, Helen Brooks, de la Universidad de Manchester.

'También consideraban a las mascotas como particularmente útiles en las épocas de crisis', dijo Brooks en un comunicado de prensa de la revista.

'Las mascotas ofrecen una forma única de validación a través del respaldo incondicional, algo que [los pacientes] con frecuencia no recibían de sus familiares u otras relaciones sociales', señaló.

A pesar de esto, las mascotas no se tomaban en cuenta en los planes individuales de atención de ninguna de las personas del estudio, lamentó Brooks.

Los resultados sugieren que las mascotas se deberían considerar como una importante fuente de respaldo en la gestión de los problemas de salud mental a largo plazo, concluyeron Brooks y sus colaboradores.

A través de una conversación abierta sobre lo que mejor funciona para los pacientes individuales, la comunidad de la salud mental podría hacer que las personas participaran más en su propia atención de salud mental, dijo.