El daño hepático por la hepatitis C es más común de lo que se pensaba

La hepatitis C es una enfermedad viral que por lo general se propaga a través del contacto con la sangre de una persona infectada

  • 29 ago 2015

Estados Unidos

El daño hepático grave podría ser cuatro veces más común entre los estadounidenses con la infección de hígado hepatitis C de lo que se creía, sugiere un estudio reciente.

Unos investigadores analizaron a casi 9,800 pacientes de hepatitis C, y se enteraron de que usar solo una biopsia para revelar la cirrosis hepática (que indica cicatrización en el hígado) probablemente subestime la prevalencia.

La aparición reciente de medicamentos que pueden curar la hepatitis C, un 'asesino silencioso' que con frecuencia no se detecta hasta que la enfermedad avanzada se establece años más tarde, dan peso a los nuevos hallazgos, señalaron los médicos.

'Creíamos que sería importante ofrecer a la comunidad de la atención sanitaria algún cálculo de la gravedad de la enfermedad del hígado entre los pacientes de hepatitis C, porque es una pregunta muy frecuente: ¿Qué tan enferma está esta comunidad?', planteó el autor del estudio, el doctor Stuart Gordon, director de hepatología del Hospital Henry Ford, en Detroit.

La hepatitis C es una enfermedad viral que por lo general se propaga a través del contacto con la sangre de una persona infectada, y se calcula que acaba con las vidas de 500,000 personas cada año en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, OMS. Se cree que unos 2.7 millones de estadounidenses tienen hepatitis C crónica, que cuando no se trata puede conducir a la cirrosis y a la insuficiencia hepática o al cáncer de hígado, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

La biopsia de hígado se considera el estándar de excelencia para el diagnóstico de la cirrosis, pero los investigadores encontraron una prevalencia cuatro veces más alta de cirrosis entre los pacientes que la que mostraba la biopsia sola. Otras pruebas clínicas, que incluyen análisis sanguíneos y un sistema no invasivo de puntuación conocido como índice FIB-4, también pueden revelar la cirrosis, pero no se usan lo suficiente, dijo Gordon.

'Nuestro trabajo tiene varios mensajes, pero uno es que si piensa simplemente confiar en una biopsia de hígado para establecer un diagnóstico de cirrosis hepática, subestimará grandemente la prevalencia', dijo. 'Hay que sospechar e intentar llegar a ese diagnóstico de cualquier forma posible'.

Otra experta en la enfermedad del hígado se mostró de acuerdo con esa afirmación.

'Hace mucho que reconocemos que lo que ha sido nuestro estándar de excelencia en el diagnóstico de la cirrosis tiene limitaciones. Pero ver un solo trozo de un área del hígado no necesariamente refleja lo que sucede en otras partes del órgano', dijo la doctora Andrea Cox, profesora asociada de medicina y oncología del Centro de Enfermedades Infecciosas para la Hepatitis Viral Johns Hopkins,

'Este [nuevo estudio] confirma el beneficio de evaluar el estado del hígado de una persona de varias formas', añadió Cox, que no participó en la nueva investigación.