Al principio, los bebés nacidos por cesáreas tienen unas bacterias intestinales menos diversas que los que nacen por vía vaginal, pero se ponen al día en unos años, revela una investigación reciente.
Los investigadores también encontraron que esas colonias de bacterias, conocidas como microbioma, tardan mucho en madurar.
'Nuestros hallazgos muestran que la microbiota intestinal es un órgano dinámico, y estudios futuros deberán mostrar si las diferencias tempranas pueden afectar a los niños nacidos por cesárea en un momento posterior de la vida', señaló el líder del estudio, Fredrik Bäckhed, profesor de medicina molecular de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia.
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En el estudio, su equipo tomó muestras fecales de 472 niños recién nacidos, y una vez más cuando los niños tenían 4 meses, 12 meses, 3 años y 5 años. Se examinaron las bacterias de las muestras.
Ya se sabía que, al nacer, los intestinos de un bebé ya han sido colonizados por las bacterias y otros microorganismos, y que la diversidad de esas especies aumenta en los primeros años de vida.
Este estudio provee información más detallada sobre el desarrollo del microbioma intestinal.
Un hallazgo clave fue que, incluso a la edad de 5 años, está incompleto.
Lo que tarda el microbioma intestinal en madurar varía de un niño a otro, y este estudio encontró que los bebés nacidos por cesárea tenían al principio unas bacterias intestinales menos diversas que los niños nacidos por vía vaginal.
Pero cuando llegaron a entre los 3 y los 5 años, la diversidad de las bacterias intestinales era similar en ambos grupos, según los hallazgos, que se publicaron en la edición en línea del 31 de marzo de la revista Cell Host & Microbe.
'Es llamativo que, incluso a los 5 años de edad, varias de las bacterias que son componentes importantes de la microbiota intestinal de los adultos falten en los niños', apuntó Bäckhed en un comunicado de prensa de la universidad.
Esto muestra que el intestino es un ambiente complejo y dinámico donde una bacteria crea las condiciones para que otra lo colonice, añadió.
'Al investigar y comprender cómo se desarrolla la microbiota intestinal en los niños sanos, podríamos obtener un punto de referencia para explorar si la microbiota podría contribuir a la enfermedad en estudios futuros', planteó Bäckhed.