Los mandamientos de la Pandilla 18 en Honduras
Tienen reglas de convivencia, ética, vestimenta y hasta sobre las novias de los “homies”. Quien no cumpla los “mandamientos”, se arriesga a una muerte segura
- 06 de diciembre de 2023 a las 10:38 -
La Pandilla 18, también conocida como Barrio 18, El Barrio 18, o simplemente La 18 en Centroamérica, es una organización terrorista criminal transnacional multiétnica (principalmente centroamericana y mexicana) que comenzó como una pandilla callejera en Los Ángeles hasta extenderse a Honduras, Guatemala y El Salvador.
La pandilla se dedica a actividades delictivas como el tráfico de drogas, la extorsión, el secuestro, el asesinato y el robo. La pandilla también tiene una estructura jerárquica, con líderes que dirigen las operaciones de la pandilla y miembros que realizan actividades delictivas en el terreno. La pandilla también tiene un sistema de códigos y símbolos que utiliza para comunicarse entre sí.
Según autoridades hondureñas, los miembros de la Pandilla 18 son más radicales y prácticos en el aspecto criminal, ellos van con violencia en su accionar delictivo. Los “mandamientos” de la 18 son una serie de normas y reglas internas que los miembros deben cumplir para ingresar y permanecer en la organización.
También son más expresivos en su vestimenta. Unas de las características en su atuendo es que las camisas se las abotonan hasta el último ojal de arriba, siempre andan medias hasta las rodillas, los tenis que usan son marca Nike Cortez y usan fajas largas que cuelgan del lado izquierdo.
Actualmente, el medio más utilizado para su identificación se encuentra de alguna manera restringido, es decir los tatuajes ya que los nuevos miembros no se marcan no utilizan tinta en su piel y cuando acceden a tatuarse los hacen sutilmente, escondidos y muchas veces hasta modificados.
La pandilla tiene reglas de conducta entre las cuales hay 18 que son las más rígidas. Entre las principales reglas están “cuidar el barrio” y “todo lo que huela a MS-13 darle para abajo”.
Otra es “no mentirle y no irrespetar al homie”, “lo que en el barrio pasa en el barrio se queda”.
También se añaden: “Las faltas se pagan con muerte”, “muerte a los sapos”, “no decir quién es el líder si lo andan buscando y no tener miedo”.
Las otras reglas son “no confiar en nadie al menos que sea en los de la pandilla”, “no desear a la mujer de tu homie” y “no importa la edad”.
Tampoco importa él sexo, ni él color de la piel para entrar a la pandilla, “mataras a tu familiar si él está en la pandilla rival”, “resguardarás a las pandillas aliadas o pandilleros aliados”.
Otros “mandamientos serán”: “No dejarás a tu homie atrás aunque sea riesgoso, no le mentirás a tus líderes, sí prometes algo lo cumples aunque sea riesgoso y actuarás con gran violencia ante arrestos”.
El reclutamiento de miembros de las pandillas en Honduras lo hacen por dos mecanismos, uno es por recomendación de parte de miembros de la estructura delictiva y la otra es cuando ellos los incorporan a sus filas.
Las pandillas manejan el dinero que obtienen del cobro extorsivo -cerca de 18,000 millones de lempiras anuales- como una empresa con un organigrama en que también integran a especialistas en esas áreas profesionales.