Los lazos afectivos se forman desde el nacimiento del bebé, la relación de amor de los padres con el bebé crean estos lazos afectivos, e inclusive en familias donde los padres trabajan, y sólo ven al bebé por las mañanas, las noches y los fines de semana logran tener una unión fuerte.
Los bebés inicialmente se tornan muy sociables, sonríen y hacen caso a las gracias que les hace todo mundo en especial con los padres, hacia los 5 meses buscan a la mamá para conseguir bienestar, una albergue donde se siente seguro. A los 6 meses se torna un poco selectivo, preferirá estar con personas que le son familiares, pero hacia los 9 meses sienten ansiedad si son separados de sus padres, tornándose huraños.
A partir de este momento, si la madre se aleja de su rango de visión, el bebé puede sentir angustia y terminará llorando, de igual forma ya no tienen la misma tolerancia a los extraños, lloran al conocer a alguien nuevo y siempre preferirán estar con mamá, esto se conoce como “mamitis”, que es una característica que continuará desarrollándose llegando a su punto máximo hacia los 14 meses y luego comenzará a desaparecer hacia los 3 años de edad dependi-endo del temperamento del niño y de la crianza.Si bien es agotadora para la madre, esta etapa de “mamitis” el bebé aprende a confiar en alguien que le da seguridad.
Consejos para afrontarla
No debes creer que has hecho algo errado o que el bebé está mal, ellos se angustian porque no tienen aún la noción del tiempo desarrollada, cuando algo está fuera de su alcance visual no saben cuándo volverán a verlo.
Siempre será beneficioso para los bebés que estén en contacto con diversas personas, esto brindará un bagaje social que lo ayudará a superar sus angustias.
Desde pequeños deben contar con límites de acuerdo a su edad, discipplinarlos a que no toquen lo que no es de ellos o que los pueda lastimar. De esta forma se entrena al bebé a respetar las decisiones de los padres.
Puedes comenzar jugando con el bebé y decirle que vas a traer algo, decirle al bebé que espere que ya regresas, salir del cuarto y volver en segundos, si el bebé no llora felicitarlo por ello y continuar con la actividad. Que el bebé confíe.
A manera de entrenamiento puedes usar la hora de la comida, del baño o cualquier actividad programada, para decirle que vas a salir a la calle y que regresarás antes de la comida por ejemplo, sal unos minutos antes de la comida y regresa, así aprenderá a esperar, poco a poco puedes ir incrementando el tiempo.
Nunca debes irte a escondidas o no cumplir con el tiempo de tu llegada, con esto lograrás que el bebé viva en constante angustia e inseguridad. Es muy importante que a tu regreso, lo busques, saludándolo, abrazándolo y conversar con él acerca de lo que hicieron mientras no estuvieron juntos.
Para tomar en cuenta
No está castigando a papá
Los psicólogos afirman que a esta edad el pequeño todavía no es consciente de que puede hacer sufrir a su padre. Se muestra inseguro y con mamá todo es más fácil. Es mejor no darle importancia a esta fase.
Paso a paso
Algunos niños corren a refugiarse en las faldas de su madre cuando llegan invitados . No es bueno forzarles a saludar. Ellos necesitan su tiempo antes de sentir confianza con extraños.