Con el sudor en su rostro, la mochila en sus hombros y caminando a paso lento iba Leonel, un hondureño que transitaba solo en la carretera entre El Ceibo, frontera con Guatemala, y Tenosique, México.
El sol lo llevaba agotado y sin fuerzas. Los 33 kilómetros que había recorrido a pie lo tenían exhausto. Y aún le faltaban 28.
El sol quemaba y apenas había recorrido un poco más de la mitad del camino para llegar hasta el albergue en Tenosique, Tabasco, lugar donde esperaba descansar.El equipo de LA PRENSA en México le dio una botella de agua y unos cuantos pesos para el camino, gesto que agradeció con una sonrisa.
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Leonel no para su marcha. Cuenta, mientras toma aire, que ha caminado durante más de un día y se atrevió, porque sabe que en ese trayecto, al menos el 10 de julio, no hay vigilancia.
En todo el recorrido no ha visto federales, ni militares, mucho menos agentes de Migración y por eso ha ido confiado.
Por la poca vigilancia que se observa, es fácil hallar en la ruta a pequeños grupos de hondureños migrantes. Son familias que se desplazan por la carretera. Tenosique se ha vuelto el punto donde más migrantes están llegando y la mayoría son de Honduras.
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Montañas y pantanos son parte del recorrido que hacen los migrantes por este punto, donde van expuestos al ataque de mosquitos, garrapatas y otros insectos. Pero su meta es llegar a Tenosique. Los integrantes de la Pastoral de Movilidad Humana en Tabasco se distribuyen para hacer recorridos por el tramo carretero y también por pasos inhóspitos, al menos tres veces al día, de esta manera ayudan a los que vienen agotados, como a los niños que sufren de insolación. “Es un gesto de humanidad que hacemos con los hermanos porque un aventón para ellos es la mejor ayuda que se les puede dar. Hemos encontrado personas en condiciones de salud difíciles y los hemos recuperado, es un tramo duro, las autoridades a veces no entienden y buscan obstaculizar nuestra ayuda, pero Dios siempre nos ampara”, explicó uno de los frailes de la Orden Franciscana en Tenosique.
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Las autoridades locales aseguran que de esta situación nadie tiene pruebas y que se interponen denuncias con la idea de que los migrantes obtengan un documento que los cataloga como víctimas.
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Las autoridades migratorias aclararon que a los migrantes que logran una carpeta de investigación abierta en territorio mexicano, no se les puede deportar.
La Iglesia católica de Tabasco ha exigido al Gobierno de México investigar a personal del INM y de la Agencia Federal de Investigación por presuntos vínculos con el crimen organizado, así como por abuso, maltrato y acoso sexual contra mujeres indocumentadas.
“La semana pasada personal de Migración detuvo, golpeó y encarceló a un migrante. Nos niegan el acceso, el nombre y nacionalidad, por lo que solicitamos la intervención del Grupo de Protección al Migrante Beta en Tenosique”, detalló Blas Alvarado Méndez, sacerdote en Tabasco.
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