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Sin Hugo Chávez, Venezuela enfrenta un futuro dividido

  • 06 marzo 2013 /

Su sucesor heredará una economía que ha crecido pero que enfrenta presiones inflacionarias.

CON EL ANUNCIO de la muerte del presidente Hugo Chávez, Venezuela ingresa a un futuro incierto. El mandatario llevó las riendas del país prácticamente solo durante los últimos 14 años en los que usó los ingresos generados por el sector petrolero para lanzar programas sociales populistas y colocar gran parte de la economía bajo control estatal.

VEA ESPECIAL MULTIMEDIA: Muerte de Hugo Chávez

El vicepresidente, Nicolás Maduro, dio la noticia el martes en un discurso trasmitido por televisión.

La muerte de Chávez da comienzo a un período de cambio para el país, que según reportes posee las mayores reservas mundiales de petróleo. El presidente de la Asamblea Nacional Venezolana, Diosdado Cabello, debería asumir como presidente interino mientras se convocan a nuevas elecciones en 30 días.

Las inminentes elecciones probablemente enfrenten a Maduro, quien fuera canciller del país durante siete años y quien ayudó a cultivar relaciones más cercanas con países con intereses contrapuestos a Estados Unidos como Irán, contra Henrique Capriles, un gobernador opositor que fue derrotado contundentemente por Chávez en las últimas elecciones presidenciales de octubre pasado.

La partida de Chávez cambia la dinámica política no sólo en Venezuela sino también en gran parte de América Latina, donde encabezó una coalición de gobiernos izquierdistas, que van desde Bolivia hasta Nicaragua, que intentó oponerse a los intereses de EE.UU. en la región. El mayor potencial perdedor podría ser Cuba, que depende de Venezuela, del que recibe unos US$5.000 millones al año en petróleo casi gratuito, un aporte que ayuda a sobrevivir al régimen comunista con poco efectivo.

“Es un momento trágico y difícil para la familia y los amigos de Chávez y les extendemos nuestra solidaridad”, afirmó un alto funcionario de EE.UU. El representante gubernamental dijo que Washington siempre estuvo listo para hablar con Venezuela sobre importantes asuntos bilaterales como cooperación antiterrorismo, cooperación antinarcóticos y la relación comercial entre los dos países.

La salud del ex comandante de tanques de la armada se deterioró con rapidez tras su cuarta operación para tratar un cáncer a comienzos de diciembre en Cuba, donde era tratado desde hacía un año y medio, luego de informarle a Venezuela que sufría de un tipo de cáncer no especificado en su abdomen.

Después de esa operación, nunca volvió a ser visto en público, a excepción de un par de fotos posadas con sus hijas desde el hospital en Cuba antes de ser transferido a un hospital militar venezolano en febrero. Padecía lo que según el gobierno era una infección respiratoria pero que según la mayoría de médicos se trataba probablemente de una neumonía posoperatoria que su cuerpo, debilitado por la enfermedad, fue incapaz de combatir.

Incluso al final, los venezolanos nunca recibieron una explicación sobre qué enfermedad cobró la vida de su líder. La mayoría de los doctores apuntaba a un sarcoma, un tipo agresivo de cáncer que afecta al tejido blando del cuerpo.

Desde que asumió la presidencia en 1999, Chávez reconfiguró el país, usando los precios más altos del petróleo para lanzar programas sociales como servicios de salud gratuitos para los barrios más pobres del país. Conforme crecía su popularidad, también se expandía su alcance político, lo que le permitió hacerse con el control de la mayoría de las instituciones del país, desde la estatal Petróleos de Venezuela SA hasta los tribunales.

Una gran pregunta para el futuro de Venezuela será si su sucesor —quienquiera que sea— tratará de continuar su revolución o tratará de desmantelar su legado. Cualquiera que sea el caso, la influencia de Chávez tendrá un impacto en la política y la sociedad del país durante muchos años, aseguran analistas.

Maduro iniciará la carrera electoral como favorito si bien con un pequeño margen y probablemente se beneficiará del voto de simpatía por el difunto Chávez, sugieren analistas políticos.

“Es un sustituto elegido por Chávez y eso tiene impacto. Uno esperaría que Capriles

Sin Hugo Chávez, Venezuela enfrenta un futuro dividido

Su sucesor heredará una economía que ha crecido pero que enfrenta presiones inflacionarias seguirá siendo muy importante, pero Maduro empezaría una nueva carrera como favorito”, dijo Luis Vicente León, un reconocido encuestador local.

Su nombre ha sido invocado en prácticamente todas las actividades oficiales y las autoridades abiertamente se refieren a él como el padre de la nación, una imagen
cuidadosamente cultivada por la máquina propagandística mediática del Estado.

Durante su campaña presidencial el año pasado, Chávez les dijo a sus discípulos que su espíritu y su legado serían continuados por ellos. “Porque yo ya no soy yo, me siento encarnado en el pueblo. Ya Chávez se hizo pueblo y ahora somos millones. Chávez eres tú, mujer. Chávez eres tú, joven, Chávez eres tú, niño; eres tú... Pase lo que me pase a mí, no podrán con Chávez, porque Chávez es ahora todo un pueblo invencible”.

“Chávez [...] es el niño, el hombre y la mujer. Chávez somos todos y todas”, dijo Maduro en una ceremonia reciente que celebraba la inauguración de un nuevo metrocable en Caracas. El ganador de las elecciones heredará una economía que ha crecido rápidamente en la última década gracias en parte a los altos
precios del petróleo y las inversiones del gobierno. Pero también afronta presiones que presagiarían problemas en los meses y años venideros.

Una reciente devaluación del Bolívar de 4,3 a 6,3 por dólar sacudió la economía.

La medida ayudó a reducir una creciente brecha entre lo que el gobierno gasta y recibe en ingresos, principalmente haciendo que los dólares recibidos por las exportaciones de petróleo rindan más en términos de la moneda local. Pero también incrementó la presión sobre los precios en un país donde la inflación ronda 20%.
La devaluación tampoco ayudó mucho para acabar con la escasez de productos básicos como la harina y el trigo. Para empeorar las cosas, el bolívar se debilitó después del ajuste en el mercado negro, cayendo a 25 por dólar frente a los 10 que costaba en octubre.

La base industrial de Venezuela se ha visto vaciada por las amplias nacionalizaciones bajo el régimen de Chávez, lo que hizo que el país dependiera cada vez más de las importaciones. Su deuda externa también se ha inflado a unos US$90.000 millones.

Incluso si Capriles sorprende con una victoria, el legado de Chávez dejará a la oposición con poco margen para maniobrar a la hora de reducir los populares programas de gasto gubernamental del presidente.

Capriles ha prometido concederle un mayor papel al sector privado en la economía del país, incluyendo la industria petrolera. Pero también se ha comprometido a mantener los programas de inversión e incluso añadir nuevas medidas, como aumentar el salario mínimo en 20%. La idea de que el gobierno debería usar
el dinero petrolero para ayudar a los pobres siempre ha existido en Venezuela, pero se arraigó profundamente bajo Chávez.