02/05/2024
09:44 AM

Economía circular para reducir la huella ambiental

Estudios demuestran que los consumidores cada vez más se preocupan por su huella ambiental, por lo que prefieren comprar productos amigables con el ambiente

San Pedro Sula, Honduras.

Como un esfuerzo consciente para reducir el impacto ambiental que genera la producción lineal y preservar recursos para futuras generaciones, la economía circular continúa ganando terreno en países de América Latina.

Impulsada por organizaciones y Gobiernos preocupados por los altos niveles de contaminación y los cambios climáticos extremos, la economía circular supone un nuevo modelo productivo que es restaurador y regenerativo.

Para tener una definición más clara, la Fundación Ellen MacArthur explica que esta economía no solo implica gestionar residuos, sino que “busca nuevos mecanismos económicos que creen valor social, regeneren el capital natural y preserven los ecosistemas vivos del planeta”.

Aunque se desconoce la fecha exacta de su creación, la economía circular ganó visibilidad con el modelo empresarial implementado por dicha fundación, que consiste en aumentar la tasa de reciclaje, la reutilización y refabricación para crear más empleos.

Posteriormente, la Unión Europea adoptó la economía circular en su estrategia continental y en 2020 creó un plan de acción para mostrar el camino hacia una economía competitiva y climáticamente neutra.

Cabe destacar que por su naturaleza, este modelo productivo se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas (Onu) para 2030.Primeros pasos.

En Honduras, la economía circular comenzó a ser promovida por la Fundación Hondureña de Responsabilidad Social Empresarial (Fundahrse), como parte de su estrategia nacional ODS.A esta iniciativa se sumaron empresas socialmente responsables y la cooperación europea, con importantes aportes del Reino de los Países Bajos y la Cooperación Alemana.

La arquitecta y especialista en Diseño Sostenible, Paola Paz, detalló que en la actualidad se han identificado nueve modelos de aplicación de la economía circular, que permiten alargar la vida útil de los productos y aprovechar al máximo los recursos.

Estos son la reventa, la reparación, la remanufacturación, las plataformas de intercambio, la diversificación de productos como servicios, utilizar los residuos como productos, la recuperación de recursos, el suministro circular y la extensión de la vida útil.

Paz, quien también coordina el proyecto Caribe Circular en Honduras, financiado por la Cooperación Alemana, la Comisión Centroamericana de Ambiente y el Sica, para prevenir la entrada de residuos plásticos a los mares de la región, manifestó que a nivel nacional varias empresas han iniciado su transición hacia la economía circular.

A manera de ejemplo citó el caso de la Azucarera Chumbagua, que tiene capacidad para producir 20 MW de energía renovable a partir del bagazo o desecho de la caña, una vez que se ha obtenido su jugo.

También la Cervecería Hondureña se ha convertido en pionera con su programa de recolección y reciclaje de botellas plásticas a través de su campaña “Hagámosla circular”.

A la fecha ha recolectado 3.2 millones de libras de plástico, generando más de 10,000 empleos indirectos. La experta destaca que se ha comprobado que los consumidores cada vez más prefieren comprar productos y servicios amigables con el ambiente, por lo que las empresas que invierten con sostenibilidad tienen mayor ventaja en el mercado.

Expresó que aunque en Honduras a penas se comienzan a dar los primeros pasos para adoptar este proceso productivo sostenible, espera que las iniciativas de empresas pioneras tengan un efecto multiplicador.

Además, invitó a las empresas interesadas en conocer más sobre la economía circular y sus beneficios a que se acerquen a organismos como Fundahrse para asesorarse y ser parte del cambio en Honduras