Cristiano Ronaldo vuelve a estar triste. O al menos, vuelve a dejar caer la posibilidad de dejar el Real Madrid. Desde que el pasado mes de septiembre el delantero se reuniera con el presidente blanco Florentino Pérez, apenas nada ha cambiado.
Lo cierto es que durante un tiempo se calmaron los ánimos por ambas partes. Había espacio y margen para empezar a afrontar un tema espinoso para ambas partes. Sin embargo la ausencia de ciertos gestos por parte del Real Madrid han terminado por hacer replantear su postura a un Cristiano Ronaldo más cercano al adiós que a renovar, El de David Navarro al crack luso el pasado domingo y la decisión del club de no denunciar la agresión del defensa valenciano. Sólo así, mediante denuncia, el comité de competición habría actuado contra el jugador del Levante que, recordemos, provocó una profunda brecha en la ceja izquierda del futbolista blanco.
De no existir denuncia, el comité no podría actuar de oficio. Y así ha sido. El Real Madrid no ha presentado recurso alguno y, por lo tanto, el comité no ha podido sancionar a David Navarro.
Y es aquí donde radica el malestar de Cristiano Ronaldo. No es que el futbolista quiera que Navarro sea castigado. No. Lo que quiere es que el Real Madrid le proteja. Que el Real Madrid, en definitiva, le cuide y mime como el gran jugador que es.
A esa falta de cariño ya hizo referencia cuando, en la crisis de septiembre, el jugador no se sintió cómodo al ver como sólo Butragueño le acompañaba en la gala de premios de la UEFA en la que Iniesta ganó el premio por delante del propio Cristiano y de Messi. En el lado culé, la representación institucional fue mucho mayor.
Sandro Rosell -presidente- y Andoni Zubizarreta -director deportivo-, acudieron al acto y arroparon a los suyos como a Cristiano le hubiera gustado que su club le hubiera arropado a él.
En éste caso, el de David Navarro, Cristiano no entiende, además, por qué el Real Madrid sí que actuó y sí lo hizo en otros casos. El ejemplo más claro es el de las famosas semifinales de la Champions League de 2011, cuando el club presentó ante la UEFA documentación para probar supuestas actitudes antideportivas de un buen puñado de jugadores del Barça.
Sin embargo, ahora, en un caso más grave y probado (la agresión es evidente), el Real Madrid ha dado un paso atrás. Cierto es que la política general de la entidad ha cambiado desde aquellos días. El desgaste de su imagen fue gigante, así pues se moderó la agresividad en este tipo de posturas, algo que, según CR7 se debía haber retomado, al menos en un caso tan flagrante como éste.
Otros pesos pesados del vestuario del Real Madrid (jugadores e incluso el propio Mourinho) estaban a favor de que se presentara denuncia contra David Navarro, pero en el club fueron tajantes. No hay cambio de actitud. Las cosas se quedan como están.