Desde tempranas horas, la emoción se apoderó de las afueras del Estadio Nacional. Así se vivió la previa del esperado duelo entre Honduras y Nicaragua.
Unos chicos norteamericanos vecinos -su padre era ganadero y minero- tenían discos Long Play y un tocadiscos y me invitaban a escucharlos, todos de música sinfónica.