Esta historia nos recuerda que la salvación no es por méritos, sino por aceptar el regalo inmerecido de Dios en Cristo (Efesios 2.8-9). Por más buenas obras que hagamos.
¿A qué se debe este fenómeno? Las autoridades griegas han emitido alertas a la población, principalmente, a los habitantes de la capital Atenas, donde la visibilidad es limitada.