Trump ordenó la escolta del avión que transportaba al presidente ruso. Esta práctica no es común, especialmente con una nación que hasta hace unos meses era considerada rival.
Mientras caminaba sonriente con Trump, el presidente ruso no pudo evitar mirar hacia el cielo ante el ruidoso paso a baja altitud de un bombardeo B-2 escoltado por cuatro cazas F-35.