Los privados de libertad hondureños gozaban de preliberación, medida que aprovecharon para cometer crímenes en Costa Rica. Los cuatro fueron contratados por colombianos en la cárcel de Támara
Solo en enero pasado decomisaron en Támara dos fusiles, una ametralladora y 21 pistolas. Gran parte del comercio de armas es gracias a la confabulación con los mismos custodios.