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A sus 33 años, Perla (nombre ficticio) reconoce que a ella no le gusta trabajar y que en las redes sociales ha encontrado la forma de vivir cómodamente

LA PRENSA Premium identificó cómo redes de trata utilizan spa, hoteles, salones de belleza y hasta supuestas clínicas de estética

En esos burdeles clandestinos, que se anunciaban a través de páginas web, las mujeres eran obligadas a prostituirse en habitaciones insalubres y sin ventilación.

Negocios en los barrios marginales no llegan ni a los L500,000 al año. Los tratantes les quitan más de la mitad del dinero a las mujeres, las vigilan y hasta restringen sus salidas.

Depresión, ansiedad, marginación social, enfermedades infecciosas y violencia física son parte de las secuelas que acarrea la prostitución.

“Paola” emigró desde Siguatepeque y dejó a su familia para vivir en un hotel del centro de San Pedro Sula, donde brinda servicios sexuales.

Una de las tantas sampedranas que trabajan dando servicios sexuales VIP conversó con LA PRENSA Premium sobre cómo es su vida en las garras de la prostitución.

LA PRENSA Premium conversó a fondo con un investigador de la unidad policial especializada de combatir el flagelo de la prostitución y dio detalles de cuál es el rol de las maras y pandillas en este negocio.

Justo cuando las manecillas del reloj se acercan a las 2:00 pm, desde una pequeña abertura de la cortina se mira el ingreso sigiloso de un vehículo turismo que se estaciona justo enfrente de la habitación en mención.

Un equipo de investigación de LA PRENSA Premium se sumergió en las noches de fiesta de Roatán, Islas de la Bahía, para evidenciar el turismo sexual mediante la negociación y contratación de mujeres que prestan el servicio a precios que van de 100 a 150 dólares por encuentro sexual.