Este escándalo expone un síntoma más de una sociedad que aplaude el éxito público, pero descuida la ética privada. Y en ese espejo, todos podemos mirarnos.
Karoline Leavitt debutó en la sala de prensa de la Casa Blanca, convirtiéndose, a sus 27 años, en la portavoz más joven en la historia de la institución.