La democracia, es cierto, tiende a desilusionar. Demasiados defectos quedan al desnudo cuando se abusa del sistema político que, si bien garantiza la libertad, le falla a la sociedad por culpa de instituciones que no cumplen con sus expectativas o cuando estas se corrompen en poder de malos ciudadanos. La última encuesta de CID Gallup, publicada por LA PRENSA, evidencia ese escepticismo, entre mayo y septiembre pasado, aumentó el porcentaje de quienes no tienen intención de ir a votar —pasó de 12 a 18%— y el 36% de los encuestados dijo no tener preferencia por algún candidato o no contestó cuando se les preguntó si ejercerá el sufragio el 28 de noviembre.