Los restaurantes como el de Don Tahara cierran antes de lo previsto para amoldarse a las exigencias de las autoridades, pero aun así "la gente no quiere venir a Little Tokio debido a las protestas".
Las redadas, las deportaciones masivas, el miedo instalado en las calles, no solo dañan a quienes las sufren directamente, erosionan el alma de un país.