Los primeros evacuados en regresar a sus hogares tras la erupción del volcán de la isla española de La Palma vieron mitigada su alegría al ver lo que les esperaba: un mar de arena volcánica que cubre casas y paisaje.
Unos 33.000 habitantes de la isla española de La Palma, en el archipiélago de las Canarias, tuvieron que aislarse en sus hogares durante unas horas a causa de gases tóxicos emitidos por el volcán Cumbre Vieja, en erupción desde hace casi tres meses.