“Soy de Perm y acabo de cruzar la frontera de Kazajistán, porque la situación en Rusia empeora y nadie sabe qué pasará mañana”, afirma a Efe un joven ruso, quien, como muchos otros, ha optado por cruzar la frontera para no ser llamado a filas para combatir en la guerra del Kremlin contra Ucrania.