Nuevamente, nuestro país, tanto en el norte como en el sur, está siendo golpeado y afectado por fenómenos climáticos que provocan pérdida de vidas, damnificados, daños materiales, evidenciando nuestra alta vulnerabilidad ante los embates de la naturaleza, a lo que contribuyen deficiencias y carencia de estrategias y políticas de carácter preventivo que anticipen el paso de huracanes, tormentas, sismos, con prontitud y eficiencia.