Redacción.
Halloween, la fiesta de las calabazas sonrientes, no es originaria de Estados Unidos ni fue siempre un juego de niños.
Halloween, la fiesta de las calabazas sonrientes, no es originaria de Estados Unidos ni fue siempre un juego de niños.
Este festejo comenzó hace al menos 2,000 años en Irlanda y Escocia, regiones habitadas por los pueblos celtas.
Curioso
Era una celebración del fin del verano e inicio del otoño, de la cosecha de los frutos que da la tierra y del comienzo de los días más oscuros del año. La llamaban “Samhain”, que significa “fin del verano” en el idioma celta.
Ese día, también se renovaba el fuego que daba luz y calor a los hogares. Todos apagaban los fuegos de sus casas, para tomar uno nuevo en una gran fogata común. Al hacerlo, cada uno pagaba un pequeño impuesto para la comunidad.