Luego de tres años de investigación y desarrollo, la firma Gemalto, considerada líder mundial en tecnología de tarjetas y seguridad digital creó la primera tarjeta bancaria biodegradable.
Para lograrlo, la compañía tuvo que desarrollar la fórmula perfecta: maíz. Sí, leíste bien, maíz.
Gemalto desarrolló la tarjeta en base a un polímero biodegradable llama ácido poliláctico, el cual se obtiene de entre otras fuentes, el maíz. Pero no hay que temer que la tarjeta se deshaga en nuestro pantalón u cartera, pues este proceso tarde de tres a cuatro años y solo hasta que la tarjeta se desecha.
La preocupación por el ambiente fue uno de los principales motivantes tras el desarrollo de esta tarjeta, en vista de que las tradicionales, hechas de PVC no son biodegradables, aunque el material puede ser reciclado.
La única preocupación es que la tarjeta ecológica tiene un costo un poco más elevado que las convencionales, lo que podría limitar la amplitud de su uso.
Sin embargo, Jorge Rey Gehrke, director de sustentabilidad de CI Banco de México, cree que a medida que más bancos adopten este producto, más pronto se reducirán los costos de fabricación. CI Banco es primero de América Latina en ofrecer este producto al público, aunque en Europa tiene un uso más extendido.
