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Muñecas de trapo de la abuela causan sensación en EEUU

  • 05 julio 2019 /

    San Pedro Sula, Honduras.

    Las muñecas de trapo que elabora María Esther Mendoza han viajado hasta Estados Unidos en donde compiten con las más sofisticadas por su originalidad. “Las hay lencas y morenas o como el cliente las quiera. Los norteamericanos prefieren las morenas, no sé por qué razón”, dice la artesana.

    María Esther es una abuela de 66 años que trabaja en su casa elaborando sus muñecas y otras manualidades que vende en el redondel de los artesanos de la Plaza Típica Coracts en el centro de la ciudad.

    “Allá (en Estados Unidos) las vendo en dólares y aquí me cuesta venderlas en lempiras”, dice doña María Esther para referirse a sus muñecas que rellena con material suave parecido a la espuma, que no es tóxico.

    Al principio hacía los ojos de las muñecas con botones, pero se dio cuenta que estos representaban un riesgo para los niños pequeños porque se los podían tragar. Ahora pinta los ojos con pintura textil y lucen más expresivos.

    “Me he convertido hasta en zapatera porque yo misma hago con fomy el calzado de las muñecas”. Aunque son todas de trapo, la artesana le da forma hasta a los dedos de los pies y las manos.

    Las niñas las usan para jugar, pero hay adultos que las compran para tenerlas como adorno. Entonces les pone un refuerzo para que se sostengan.

    El amor por las artesanías surgió en esta sampedrana hace treinta años luego de que se quedara sin trabajo. “Empecé pintando empíricamente porque nadie me enseñó, pero fui mejorando y conociendo como darle luz a una pintura, con los consejos que me daban”.

    Como recuerdos de aquellos inicios, la artesana conserva un tapete que pintó con motivos mayas. De igual manera ha plasmado paisajes y otras figuras en delantales y ropa. Una de sus obras de arte fue un paisaje hondureño creado en el delantal típico que lució Bélgica Suárez cuando representó a Honduras en el Miss Universo de 2009. Sin embargo, el mérito no se lo dieron a ella, sino al que diseñó el resto de la vestimenta.

    También pinta paisajes en cartón comprimido o convierte un plato de loza en una obra de arte al usarlo como superficie para pintar un precioso vitral.

    Gracias a esa creatividad nata, de sus manos surgieron tantas obras de arte para la venta. Con su trabajo perseverante logró educar a sus hijos quienes ahora son profesionales universitarios. “De esta cuestión saqué la educación de todos ellos”, puntualizó.