Zonas rurales de Honduras, un mercado atractivo para extorsionadores

El Paraíso, Atlántida, Yoro y 11 municipios del valle de Sula presentan un aumento de casos de extorsión en Honduras.

Foto: LA PRENSA

Múltiples negocios cierran y a otros les es difícil crecer o simplemente evitan modificar su presentación física y comercial para pasar por desapercibidos ante la ola de extorsión.

mié 7 de diciembre de 2022

15 min. de lectura

San Pedro Sula, Honduras.

Pese a que el mayor porcentaje de la actividad lucrativa de extorsión está en las principales ciudades de Honduras, los municipios del interior se han convertido en los últimos años en un mercado nuevo y atractivo para que estructuras criminales realicen sus operaciones al margen de la vigilancia policial que se concentra en las urbes.

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En los puntos rurales, si bien es cierto, también proliferan los robos, comercio de drogas y tráfico de personas, la extorsión ha cobrado fuerza, según investigaciones de la Dirección Policial Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (Dipampco).

La Pandilla 18 opera en casi todo el territorio hondureño, pero la Mara Salvatrucha bajó sus negocios con carteles de la droga al mirar que económicamente era más rentable trabajar con la extorsión.

$!Transportistas y comerciantes de Choloma, Cortés, y El Negrito, Yoro, están en zozobra y en silencio pese a escalada de extorsión.

La mayoría de cabecillas están presos, pero tienen a administradores que reclutan a jóvenes oriundos de estos lugares que viven en hogares desintegrados, para ofrecerles una salida fácil. Sus funciones son usualmente recibir dinero, intimidar o amenazar y ejecutar crimen en el peor de los escenarios.

Al cobro también se han unido, aunque poco, integrantes de bandas independientes, así como compañeros de los mismos rubros e incluso trabajadores de la competencia.

$!Las autoridades policiales redoblaron los operativos en las calles durante el día y la noche para detener a sospechosos de extorsión.

Crecimiento extorsivo

La Policía sostiene que este flagelo se da mayormente en municipios como San Pedro Sula, Tegucigalpa, La Ceiba, Puerto Cortés, Villanueva y Choloma por su alta productividad y nivel poblacional. No se descarta que desde estas ciudades estén los centros de operación que extorsionan a la población del interior del país.

Relacionada: Vídeos de cómo las pandillas cobran extorsión en SPS y Tegucigalpa

Partido de la hostil situación de extorsión que sufre Honduras, LA PRENSA Premium realizó una radiografía actualizada de cómo está el resto del país en torno a esta actividad ilícita que deja mucho dinero en manos de grupos criminales.

En Santa Bárbara los casos que se reportan son aislados y el punto más afectado es la cabecera por su elevado comercio, mientras que en Copán, a inicios de noviembre, comenzaron a llamar a algunos dueños de hoteles en Santa Rosa pidiendo dinero, esto activó inmediatamente operativos policiales y desde entonces se controló, pero se maneja que ciertos dueños de autobuses que conectan La Entrada con San Pedro Sula aún pagan extorsión.

En barrios de La Esperanza e Intibucá, en Intibucá, se han dado varios casos este año ante la proliferación de remesas que envían a familias desde Estados Unidos, según conoció LA PRENSA Premium. En La Virtud y Gracias, Lempira, así como en la cabecera de Ocotepeque se han suscitado algunos hechos de extorsión contra comercios, hoteles y propietarios de casas.

En el caso de Yoro, en puntos como Yorito, Santa Rita, El Negrito, Morazán y El Progreso ha crecido la extorsión contra transportistas y comercios. En El Paraíso y Danlí han habido múltiples casos contra médicos, docentes, pequeñas, medianas y grandes empresas e incluso muchos han cerrado sus negocios porque se paga a tres maras.

En el departamento sureño de Choluteca los pocos casos de extorsión que se dan es en la cabecera y a nivel de transporte interurbano que conecta con Tegucigalpa, mientras que en Valle las extorsiones son más fuertes por parte de la MS se realizan sobre todo en Goascorán, Alianza y otros puntos colindantes con la frontera de El Salvador.

En Olancho se ha venido experimentando en los últimos días un comportamiento a la baja en cuanto a esta incidencia; en tanto, en La Paz los reportes de extorsión son mínimos, mientras que en Gracias a Dios e Islas de la Bahía no hay registros significativos. En Colón los actos de extorsión son aislados, pero en Comayagua hay un repunte extorsivo, sobre todo en Siguatepeque y en la cabecera.

Desafíos

Recientemente la Dipampco amplió sus oficinas de cinco a nueve. De esta manera, además de Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba, Comayagua y Choluteca, ahora también hay sedes en Danlí, La Esperanza, Tocoa y Copán.

Comparado con un alcance de un fenómeno que llegó también a sectores rurales y otros municipios, la fuerza policial se queda corta; no obstante, dentro del plan antiextorsión de la Secretaría de Seguridad se contempla abrir más oficinas y ampliar la fuerza policial que integra la Dipampco.

El criminólogo Nery Ordóñez considera que la extorsión se ha desbordado y muchos miembros de estas organizaciones migraron por los operativos permanentes en las grandes ciudades.

“Ante la presión se fueron a los pueblos, esto obliga a las alcaldías a saber quiénes están en sus zonas a través de ordenanzas municipales, ya que esta gente afectará duro a los comercios, la productividad regional y a esas personas acostumbradas a no meter el dinero al banco, sino que debajo de un colchón”, dijo.

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“Debe haber una política de denuncia porque sino tendremos el mismo miedo”: Nery Ordóñez, experto en seguridad

Un sociólogo de El Progreso, Yoro, que por seguridad pidió omitir su identidad, amplió que en las zonas rurales proliferan imitadores de extorsión de las organizaciones ya tradicionales; no obstante, declaró que “en los pueblos es fácil identificar quiénes son del lugar o los que andan en malos pasos, por ello se puede controlar rápido. Aún así será inevitable contener el proceso de urbanización en estos puntos del país, y precisamente eso hace que sean un mercado nuevo al ser sectores con personas muy humildes y un blanco fácil”, aseguró el analista.

En los últimos días ha habido un despliegue policial por el plan antiextorsión que anunció el Gobierno de Xiomara Castro.

Kemel Ordóñez, jefe departamental de la Policía en Atlántida, comentó que “realizamos capturas importantes por este delito, de allí la relevancia de la cultura de la denuncia, solo así vamos a crear informes de investigación criminal efectivos para presentarlos al Ministerio Público.

La denuncia es un problema social difícil de integrar porque la población desconfía de las autoridades y teme por su vida, pero se sabe que los casos de extorsión son muchísimos en todo el país. Los registros de la Policía que conoció LA PRENSA Premium apenas contabilizaron oficialmente entre 2015 y noviembre de 2022 un total de 1,196 denuncias a nivel nacional, de estas, 323 fueron en Cortés, 304 en Francisco Morazán, 125 en El Paraíso y 85 en Yoro.

Los análisis arrojaron que la mayoría de los denunciantes relataron que el primer contacto con la extorsión fue en la vía pública, casas, autobancos, locales comerciales, bancos, pulperías y restaurantes.

Datos de la Fiscalía indicaron que se presentaron acusaciones por extorsión contra 1,799 hondureños en los últimos seis años y la mayoría eran hombres.

Según estadísticas proporcionadas por el Instituto Nacional Penitenciario (INP), al 6 de diciembre de 2022 se notificó acerca de 2,451 miembros de la Pandilla 18 recluidos, así como 1,313 de la Mara Salvatrucha, 34 de la banda Los Chirizos y 107 de otros grupos. Todos ellos están presos por el delito de extorsión y la mayoría rondan entre los 18 y 45 años.

La extorsión golpea gravemente no solo la seguridad, también la economía nacional.

José Lanza, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Atlántida, lamentó la situación porque “la extorsión no perdona a nadie y urge poner mano dura a esto. Aquí perdemos todos, es un mal que se vino y hallaron el hueco para afectar a la población”.

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“Muchas veces las empresas omiten el motivo del cierre y no hay honestidad por el mismo temor”: Alejandra Mejía, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio de Choloma

Lo mismo opinó Alejandra Mejía, directora de la Cámara de Comercio de Choloma, quien sostuvo que desde hace un tiempo hay pérdida de muchos empleos, por lo que urgió más programas de prevención.

“Nos duele mirar cómo empresas cierran, incluso una cámara hermana del Valle de Sula paró por esto. También existe un miedo general de mejorar sus instalaciones cuando les decimos que aprovechen las herramientas de makketing digital, pues aducen que se exponen más”, subrayó la ejecutiva.

Los empresarios indicaron que últimamente muchas empresas están notificando su cierre de operaciones sin argumentar el verdadero motivo.