“Esa noche me dijo: ‘Tío, siento ganas de matar, siento en mi corazón que yo lo hice’”

LA PRENSA Premium se adentró a una aldea de Cuyamel, Omoa, para conocer cómo sucedió al caso que estremeció a toda una comunidad. Mario Nahún Mendoza admitió haber matado a machetazos a su padre en una finca de cacao.

Foto: LA PRENSA

El hermano de la víctima, relató que al parecer Nahún tuvo la idea de que su papá lo iba a atacar, lo que lo habría llevado a actuar antes.

vie 22 de marzo de 2024

17 min. de lectura

San Pedro Sula, Honduras.

Efraín Mendoza, hermano de don Marcelino Mendoza Méndez (63), quien fue trágicamente asesinado en la tarde del pasado 31 de enero en una finca de cacao en la comunidad de La Ceibita, sector Cuyamel, Omoa, Cortés, todavía lleva consigo el dolor y la nostalgia por la trágica forma en la que perdió a su ser amado.

Aquel fatídico día, su sobrino Mario Nahún Mendoza González le confesó, visiblemente afectado, que podría ser el responsable de la muerte de su padre.

“Eran como las 12 de la media noche, yo aún estaba despierto y de pronto escuché que me gritaban afuera de la casa: ´¿¡Tío, tío, está despierto!?”, fueron las primeras palabras de Nahún, según compartió Efraín mientras revivía aquel momento.

Al salir, su sobrino le contaba la terrible noticia de que habían acabado con la vida de su padre, pero que su papá no era el objetivo, sino que eran personas que lo perseguían a él desde Puerto Cortés.

$!Efraín contó con pesar los detalles de la muerte de su hermano Marcelino Mendoza a manos de un hijo. Desde su celular muestra la fotografía de su hermano.

“Noté algo extraño en su comportamiento, pues mi hermano no se metía con nadie, me puse nervioso y sentí el golpe en el pecho”, agregó Efraín, quien nos recibió en su hogar. En sus ojos aún se podía percibir el dolor por la pérdida de su hermano. La tragedia que los golpeó recientemente sigue siendo un peso difícil de sobrellevar para toda la familia.

Impacto

En ese instante, Mario Nahún empuñaba un machete y mencionó su intención de dirigirse a la zona de El Merendón para trabajar; sin embargo, antes de partir, propuso que fuesen a buscar el cuerpo de don Marcelino en la finca donde ambos laboraban.

“Recuerdo claramente lo que me dijo esa noche mi sobrino”, compartió Efraín, refiriéndose al momento en que Nahún le confesó: “Mire, tío, siento en mi corazón que yo lo maté, pero no he sido yo, no quiero que me culpen a mí de su muerte”. “Lo interpreté como un signo de que algo no andaba bien en él”, continuó narrando Efraín mientras revivía aquel diálogo.

$!Durante la entrevista con LA PRENSA Premium, externó su dolor y el lento proceso de sanación producto de la tragedia familiar.

“Ando la mente en desarrollo, siento que ando robando y no robo, siento ganas de matar, tío”, relató Efraín, aún conmocionado por lo sucedido y sin poder creer la tragedia que había golpeado a su familia.

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En medio de su conternación por revivir el horror de aquella noche, Efraín llevó al equipo de LA PRENSA Premium en la comunidad de San Antonio de las Palmas hasta llegar a la tumba donde yacía don Marcelino.“Nahún era su hijo consentido, era madre y padre para él, lo crió desde pequeño, pero todo fue diferente cuando él comenzó a consumir marihuana desde los 17 años aproximadamente y a relacionarse con otras personas”, lamentó Efraín mientras acariciaba la cruz que marcaba la sepultura, cubierta de tierra.

$!El cuerpo de Marcelino Mendoza fue sepultado en la aldea San Antonio de las Palmas, ubicada a ocho kiolómetros de la entrada de Cuyamel.

De regreso a su hogar, en un camino marcado por la turbulencia emocional, relató que recientemente había asistido a una audiencia en los juzgados de Puerto Cortés, donde Mario Nahún optó por evitarlo, negándose a enfrentar la situación cara a cara y manteniendo un silencio sepulcral.

Escena de espanto

La Unidad de Investigación de LA PRENSA Premium se aventuró durante un día en las intrincadas montañas de Cuyamel en busca del epicentro de los acontecimientos.

$!Según vecinos de La Ceibita y San Antonio de las Palmas, la víctima fue atacada con el machete en su rostro, brazos, dedos y cuello.

En la entrada de una de las aldeas está una iglesia católica, envuelta en una tranquilidad que contrasta con los murmullos que circulan sobre la tragedia que los sacudió a todos.

Fotogalería vinculada: ”Su papá intentó defenderse con las manos, lo macheteó en el cuello y luego lo hizo picado”

Este suceso, sin precedentes para la comunidad, aún perdura en sus conversaciones, sumergiendo el ambiente en un aire de desconcierto y pesar.

$!La casa, que era compartida entre Marcelino Mendoza y su hijo, está a escasos metros de distancia donde perdió la vida.

Cada vez que nos aproximábamos a los vecinos y les mostrábamos la fotografía de Mario Nahún, quien fue procesado y encarcelado en el presidio de Puerto Cortés, contestaron conocerlo y comenzaban a compartir, con cierta reticencia, lo poco que saben del caso.

En el trayecto, entre las escarpadas laderas y peligrosos senderos, se alcanzó el objetivo: llegar al lugar donde todo ocurrió.

$!Vestimenta encontrada en el lugar de residencia. No se precisa si pertenecía a la víctima o a su hijo, quien permanece preso.

Nos adentramos en la morada donde residían don Marcelino y su hijo, y pudimos apreciar aún algunas de sus pertenencias, como prendas de vestir y gorras, así como la humilde hornilla donde preparaban su comida a diario.

A unos pocos metros más arriba de la casa se encuentra el sitio exacto donde descubrieron el cuerpo, oculto bajo un manto de hojas.

$!El cadáver de Marcelino Mendoza fue localizado en el corazón de una plantación de cacao.

Luis López, productor de cacao y propietario de la finca donde don Marcelino laboró durante casi dos décadas, expresó con profunda tristeza que lo consideraba como parte de su familia, pues ambos se dedicaban con esmero al mantenimiento de la propiedad, dejando una huella perdurable en su labor.

“Cuando nos dimos cuenta de su desaparición, lo buscamos sin descanso durante una hora y media hasta dar con él. Fue una escena devastadora; su rostro estaba desfigurado por los machetazos, sus dedos mutilados probablemente en un intento desesperado de defenderse, además de heridas en los brazos y casi una degolladura”, rememoró con amargura Luis López.

$!“Esa noche me dijo: ‘Tío, siento ganas de matar, siento en mi corazón que yo lo hice’”
”Creo que el machetazo en el cuello lo mató y luego lo picó. Aún me cuesta dormir”: Luis López, propietario de la finca de cacao.

La experiencia ha dejado una profunda huella en él, dificultándole conciliar el sueño hasta el día de hoy debido al trauma que le dejó encontrar el cuerpo de don Marcelino.

“Creo que el muchacho consumía marihuana y eso le dañó su mente, pues don Marcelino era un hombre muy tranquilo, trabajador, él y su hijo nunca habían tenido problemas de ese tipo”, señaló el empresario local, quien lamentablemente también mencionó que, a pesar de sus esfuerzos por encontrar evidencia, aún no ha logrado hallar el machete utilizado en el crimen ni ropa manchada de sangre.

$!“Esa noche me dijo: ‘Tío, siento ganas de matar, siento en mi corazón que yo lo hice’”
”Yo los miraba tranquilos, no sabemos a ciencia cierta qué fue lo que pasó ese día”: Marco Tulio Hernández, vecino de la familia doliente

Mientras descendíamos sobre las empinadas y pedregosas calles, nos topamos con Marco Tulio Martínez, un joven que conoce desde hace muchos años a Mario Nahún.

“Hablaba con él y siempre parecía tranquilo, pero tengo la impresión de que estaba consumiendo drogas”, comentó Marco. “Con su padre, todo parecía normal y pacífico, por eso nos quedamos impactados cuando nos enteramos de lo sucedido”, añadió.

$!“Esa noche me dijo: ‘Tío, siento ganas de matar, siento en mi corazón que yo lo hice’”
”Era muy cercano a nosotros, éramos buenos amigos. Desde que pasó su muerte lo hemos llorado”: Mélida Hernández Alvarado, amiga de la víctima

A su lado estaba doña Mélida Hernández Alvarado, quien compartió su profundo pesar. Expresó que ella y don Marcelino habían sido amigos durante muchos años y lo consideraba un hombre bondadoso y de buen corazón.

“Nos enteramos de la noticia por un joven que mencionó que Marcelino no había acudido a cortar cacao ese día, lo que era raro, y venía seguido, desde entonces lo hemos llorado bastante”, destacó la anciana con voz entrecortada ante las cámaras.

$!Uno de los jóvenes de la comunidad mostrando a lo lejos el lugar donde fue encontrado el cuerpo de Marcelino Mendoza, horas después de su homicidio.

Entre ellos se encontraba un joven de unos 19 años que trabaja junto a un pastor evangélico del sector. Por razones de privacidad, prefirió mantener su identidad en reserva y gentilmente nos guió por toda la zona.

Durante el recorrido expresó su pesar por lo sucedido y describió a don Marcelino como una figura respetada y querida en Cuyamel. “No puedo ni siquiera imaginar, Dios mío, cómo alguien podría llegar a matar a su propio padre. Crecí sin mi madre y nunca conocí a mi padre”, reflexionó con profunda tristeza.

LA PRENSA Premium mantuvo conversaciones con los familiares de Mario Nahún y los hijos de don Marcelino Mendoza, respectivamente. Todos expresaron un enorme dolor por la pérdida y el vacío que dejó su padre, ya que nunca imaginaron que algo así pudiera suceder dentro de su propia familia.

El trágico suceso que sufrió la familia Mendoza ocurrió en medio de una espiral de violencia entre familiares. Según datos analizados por LA PRENSA Premium entre los años 2015 y 2023, del universo de homicidios registrados en el país, un total de 437 personas perdieron la vida a manos de sus propios familiares. Solo este año ya van al menos 15 casos similares que causan conmoción en la sociedad.

Acusado de matar a su padre en Omoa

En un vídeo, el joven Mario Nahún aceptó haberle arrebatado al vida a su padre con un machete. “Me estaba viendo mal y presentía que me iba a hacer algo”, declaró entonces tras ser entregado por pobladores a la Policía.

$!Momento en que Mario Mendoza era custodiado por agentes policiales para ser procesado y presentado en los juzgados competentes.