Profunda decadencia moral y social se apropia de los jóvenes

San Pedro Sula

En Honduras las modas tardan en llegar, pero siempre llegan. El uso de cigarrillos electrónicos, el realizar retos virales o evolucionar a prácticas sexuales comerciales entre los jóvenes son solo algunas de tantas nuevas influencias que están afectando el correcto desarrollo de la juventud.

Leonardo Pineda, director de Desarrollo e Incidencia de la organización no gubernamental Juventud Siglo 21, ha trabajado mano a mano con estudiantes, principalmente los que están por graduarse.

Debido a la dinámica de trabajo que venían teniendo con los colegiales, principalmente de la zona norte, pudieron detectar una enorme cantidad de problemas que son hasta cierto punto invisibles y que se notan hasta que ya tienen consecuencias graves.

“Entre algunas de las que hemos estado viendo muy seriamente, por ejemplo, está el consumo de drogas y alcohol. Lo grave de esto es que hay gran cantidad de jóvenes que están ya dentro de los centros educativos comprando y vendiendo drogas. Hay personas de bandas del crimen organizado, de estructuras criminales como maras y pandillas que se meten a estudiar solo para vender drogas en los colegios y en las escuelas. Tuvimos un caso hace un par de años de una niña de 10 años que llevaba sus paquetitos de marihuana a vender a la escuela. Fue encontrada y llamaron a los padres de familia y cuando llegó la madre, la mujer dijo que ella la había mandado y que cuál era el problema, amenazando con que era de la mara y que la escuela era su territorio”.

Casos tan graves el del consumo de drogas, alcohol y el uso de “vapes”, que parecen inofensivos, resultan ser terriblemente graves y nocivos, porque suceden en etapas cuando el crecimiento de los jóvenes y los niños no ha terminado.

“El cerebro de un joven termina de crecer hasta los 20, 21, 22 años y meterle sustancias como la nicotina, que es totalmente nociva para la salud, es terrible”, expuso.Por otro lado, y por su experiencia, también da cuenta de casos relacionados al inicio temprano de la actividad sexual en los menores.

“El tema de las relaciones sexuales se ha vuelto un problema bastante serio también por la hipersexualización que han traído las redes sociales. Ahora los niños con un teléfono, con una tablet, con una computadora ponen sexo en un buscador y aparece cualquier cantidad de pornografía, y eso no pasaba en los tiempos de nosotros. Para tener acceso un joven en aquel entonces hace 20, 30 años atrás a la pornografía tenía que buscar una revista, o si era de mucho dinero, tal vez podía encontrar algo en Internet, cuando empezaba”, lamentó.

Esa hipersexualización está causando una desconfiguración de la moral y la ética de las personas y ha generado que Honduras sea el segundo país en América Latina con más embarazo entre adolescentes.

“Los niños y los jóvenes están empezando a tener relaciones sexuales a muy temprana edad, incluso a los 10 años u 11 años”, lamentó.Por consecuencia de eso, también está de moda el aborto. “A veces deciden hacer este tipo de cosas sin decirle a nadie”, dijo alarmado.

Pero otra cosa más grave, es la “moda de generar ingresos” de algunas niñas mediante chats en los colegios. “Estos chats son exclusivamente para vender servicios sexuales entre sus mismos compañeros. Muy de moda las prepago, muy de moda venderte material pornográfico, los llamado “packs” que le dicen ellos, es muy común. Y eso es una tristeza porque estamos teniendo una generación que algunos logran graduarse, pero se gradúan con muy malas calificaciones. Algunos jóvenes que están saliendo de los colegios no saben ni siquiera leer ni escribir correctamente”, lamentó.

Además de egresar con deficiencias, porque ahora a nadie se reprueba, muchos estudiantes carecen de pensamiento crítico y de habilidades blandas como la empatía.

Esas carencias se pagan caro en la adultez porque son personas que ni siquiera podrán reclamar sus derechos como persona, ni encontrar oportunidades de vida.Señala que antes se señalaba a los jóvenes de instituciones públicas, pero estos problemas se dan por igual en aquellas de alto poder adquisitivo.

Tras enlistar este rosario de problemas, expresó que lo urgente ahora no es señalar a los jóvenes, sino apoyarlos para que no “sean una generación perdida”.

Deploró que muchas de estas situaciones se agudizaron con la pandemia, que además de muerte y problemas emocionales en grandes y chicos, desintegró más hogares, agudizó la emigración ilegal y muchos jóvenes quedaron solos.

“Hay un rompimiento de la estructura normal de un hogar, el papá se va, deja a la señora aquí con los hijos, hay divorcios, en fin. Tenemos un millón de padres, por ejemplo, en Estados Unidos, que dejaron a sus hijos atrás o los mandan a traer. Es un problema bastante grave el rompimiento de las estructuras familiares, que nos ha traído cualquier cantidad de problemas sociales”.

Como efecto dominó, esa ruptura ha provocado otros problemas como la depresión, el “ciberbullying”, confusión en la identidad de género, ya que muchos jóvenes se consideran sin género, o se hacen parte de la expresión conocida como no binaria.

“A pesar de que tienen 20,000 amigos en redes sociales, no tienen amigos reales. Eso es un problema muy serio porque hay un incremento cada vez mayor en el tema del suicidio y los autoflagelos”.

Pineda considera que solventar estos problemas no solo es una situación de Estado, donde desde la secretarías de Educación o la Juventud se intervenga, y urge que las familias hablen del tema y se unan para apoyar a esta generación bombardeada por un sinnúmero de malas influencias.