¿Por qué Honduras se juega $9,800 millones al año en la era de Donald Trump?

Con un endurecimiento en las deportaciones y posibles recortes de ayuda exterior, el nuevo mandato de Donald Trump podría agudizar las tensiones diplomáticas de Honduras

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El magnate de negocios iniciará su segundo mandato como presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero.

mié 15 de enero de 2025

6:16 min. de lectura

Tegucigalpa, Honduras.

Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, las políticas de Estados Unidos hacia Centroamérica podrían dar un giro drástico que afectaría la migración, el comercio y las relaciones diplomáticas.

En el caso de Honduras, este cambio podría traer consigo una serie de desafíos, tanto a nivel interno como externo, al enfrentar de nuevo acuerdos de tercer país seguro, recortes de ayuda exterior y una política migratoria considerada por muchos como inhumana.

Según datos del Instituto Nacional de Migración (INM), entre el 1 de enero y el 12 de diciembre de 2024, un total de 37,419 hondureños fueron retornados, de los cuales 20,765 provinieron de Estados Unidos, bajo la administración de Joe Biden.

Al comparar estos números con los del último año de la presidencia de Donald Trump (2021) en el mismo período de tiempo, se observa que 70,026 hondureños fueron deportados, aunque la mayoría regresó desde México (53,855), mientras que 9,348 lo hicieron desde Estados Unidos.

El alto número de deportaciones en México podría deberser al programa “Quédate en México”, que consistía en que los solicitantes de asilo esperaran que se resolviera su caso en territorio mexicano y el cual volvería a implementar en su nueva gestión.

En ambos periodos, la mayoría de los retornados fueron hombres, con edades entre los 21 y 30 años.

En su nueva gestión de 2025, el líder republicano también planea endurecer las sanciones contra aquellos que excedan el tiempo permitido por sus visados y prometió la construcción de nuevos centros de detención para reforzar la seguridad fronteriza.

En ese sentido, el pasado 1 de enero, para comenzar el año 2025, la presidenta Xiomara Castro sorprendió con un contundente mensaje dirigido al presidente electo de Estados Unidos.

Castro propuso un diálogo para abordar las deportaciones masivas de hondureños anunciadas por Trump durante su campaña, advirtiendo que, de no alcanzarse un acuerdo que beneficie a ambos países, el gobierno hondureño consideraría cerrar la base militar en Palmerola, Comayagua.

“Sin pagar un centavo, por décadas han mantenido bases en nuestro territorio; si no hay un beneficio mutuo, perderían toda razón de existir en Honduras”, sentenció la mandataria, marcando el tono de lo que podría ser una relación diplomática tensa con la nueva administración estadounidense.

La postura de Castro ha generado reacciones diversas tanto en Honduras como a nivel internacional. Mientras el canciller hondureño Eduardo Enrique Reina respaldó la medida calificándola como una estrategia legítima para negociar mejores condiciones migratorias, sectores económicos y políticos han mostrado preocupación.

Críticos advierten que la amenaza de cerrar Palmerola podría comprometer la cooperación bilateral y perjudicar la estabilidad económica del país.

Por su parte, analistas políticos ven en esta jugada un intento de Honduras por ejercer mayor autonomía en su relación con Estados Unidos, aunque cuestionan si el gobierno tiene la capacidad para sostener un enfrentamiento diplomático de este calibre.

La respuesta de Trump a esta advertencia será crucial. Conocido por su estrictia política migratoria y su estilo confrontativo, su regreso al poder podría endurecer aún más las relaciones con países como Honduras.

Impacto

Martín Barahona, economista y experto en Política Internacional, explicó que independientemente del partido en el poder (demócratas o republicanos), “las deportaciones nunca han parado en los gobiernos de Estados Unidos”.

Sin embargo, con Trump, el enfoque de detener la migración será ahora más fuerte y explícito, ya que está comprometido con su electorado en este tema.

“No hay que engañarse, hay que estar claros que la migración va a ser uno de sus principales ejes y él -Trump- está con una mentalidad de que va a detener la migración con muros físicos, va a retomar ya lo que había avanzado”, expresó el experto.

Si Estados Unidos adopta políticas que afecten a los migrantes, esto podría repercutir directamente en las remesas, ya que la mayoría proviene del casi millón de compatriotas que viven en ese país.

Según Barahona, cualquier alteración en el flujo de remesas tendrá un impacto directo y negativo en la economía, especialmente en el déficit de la balanza de pagos.

Este déficit se refiere a la diferencia entre lo que Honduras importa y lo que exporta, así como a los pagos por servicios y las rentas generadas por transacciones de capital. Las remesas ayudan a reducir este déficit, llenando aproximadamente el 70% o 80% de este hueco financiero.

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El especialista agregó que, debido a la balanza de rentas negativa (que implica que las ganancias generadas por el capital extranjero salen del país), Honduras enfrenta un déficit en su cuenta corriente que alcanza entre el 4% y el 5% del Producto Interno Bruto (PIB). Las remesas han sido esenciales para cubrir esta brecha económica.

De acuerdo con Barahona, si las remesas disminuyen o se estancan, el impacto será significativo, ya que afectaría la balanza de pagos y reduciría las reservas internacionales del país. Esto, a su vez, dificultaría que las autoridades puedan inyectar divisas para estabilizar el tipo de cambio y evitar una mayor devaluación de la moneda.

”¿Cuál puede ser la solución para un gobierno como el de Honduras? Bueno, juntar fuerza con otros países, con otros gobiernos, en ese sentido la diplomacia de Honduras tiene que dar un giro, no puede ser la misma política que hemos venido siguiendo en estos tres años de la administración Castro Sarmiento”, sugirió el entrevistado.

En 2024, las remesas enviadas a Honduras desde Estados Unidos sumaron 9,588.8 millones de dólares, según un informe del Banco Central de Honduras (BCH).

Las remesas familiares que tienen como país de origen Estados Unidos representan el 98.4% del monto enviado a nivel general.

De acuerdo con la última encuesta del Banco Central, el promedio de envío por hogar hondureño es de 643.70 dólares (unos 16,317 lempiras), lo que subraya la importancia de las remesas para el bienestar económico de muchas familias en el país.

" “La diplomacia de Honduras tiene que dar un giro, no puede ser la misma política año tras año” "

Comercio

Por otro lado, en el ámbito comercial, las relaciones con Estados Unidos, que han sido fundamentales para la economía hondureña, podrían tambalear bajo un enfoque proteccionista.

Honduras depende en gran medida del mercado estadounidense para la exportación de productos tradicionales y materias primas. Ante esta dependencia, si Trump opta por incrementar los aranceles sobre productos provenientes de países como Honduras, la economía del país podría verse aún más vulnerable.

Los expertos señalan que los efectos de una posible guerra comercial serían particularmente difíciles de contrarrestar, dada la falta de alternativas comerciales inmediatas para el país.

Desde agosto, la devaluación del lempira ha avanzado de manera acelerada, un fenómeno impulsado principalmente por los condicionamientos impuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) al gobierno. A esto se suma la caída en las divisas generadas por las exportaciones y la disminución de la inversión extranjera, lo que profundiza la crisis económica.

Esta compleja situación podría agudizarse todavía más por las políticas restrictivas de la administración de Trump, que incluyen medidas más estrictas en materia migratoria y el incremento de aranceles comerciales.

Y es que Trump anunció un recargo del 25 % sobre todos los bienes importados desde México y Canadá, además de un arancel adicional del 10 % a los productos chinos. Estas medidas se implementarán hasta que estos países, sus principales socios comerciales, tomen acciones efectivas para frenar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas.

Dado que muchos países centroamericanos importan productos de Estados Unidos, esos precios más altos afectarán a la región, generando un aumento de la inflación en Centroamérica, explicaron expertos.

Según el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), hasta agosto de 2024, las exportaciones de Honduras sumaron $7,660.3 millones, de los cuales el 52.4% correspondieron a mercancías generales y el 47.6% a bienes para transformación. Esta cifra representó una caída del 5.3% en comparación con el mismo período de 2023.

En cuanto a las importaciones, estas crecieron un 1.6% en comparación con el año pasado, alcanzando los $13,094.4 millones. Este aumento de $207.7 millones fue impulsado por las compras de alimentos, bebidas y combustibles.

Estados Unidos se mantiene como la principal fuente de importaciones para Centroamérica, con un total de 31,531.1 millones de dólares en 2023. Le siguen China, con 15,917.1 millones de dólares, y México, con 8,069.6 millones, según datos del Sistema de Estadísticas de Comercio de Centroamérica.

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“Honduras esta en la peor situación de los últimos setenta años: sus aliados Venezuela y Cuba están en el despeñadero político y económico”: Juan Ramón Martínez, analista

Diplomacia

En el terreno diplomático, el regreso de Donald Trump podría reavivar las tensiones con gobiernos de la región que no se alinean con sus intereses.

En el caso de Honduras, bajo el liderazgo de Castro, cuyas inclinaciones de izquierda y su acercamiento con regímenes como los de Venezuela y Cuba representan una postura opuesta a la que Trump defendió durante su mandato, la situación se torna aún más compleja.

La relación entre ambos países podría verse afectada por las políticas de Trump, quien adoptó una postura agresiva contra gobiernos latinoamericanos de izquierda, especialmente aquellos que mantenían estrechos lazos con los regímenes de Nicolás Maduro y Raúl Castro.

Honduras, al ser uno de los países más dependientes de la cooperación estadounidense, se encuentra en una encrucijada. Mientras el gobierno de Xiomara Castro busca fortalecer sus relaciones con países como Venezuela y Cuba, esas alianzas podrían chocar directamente con los intereses de Estados Unidos bajo la administración de Trump, quien ha dejado claro su rechazo hacia estos regímenes.

Esta situación obligaría a Honduras a tomar decisiones diplomáticas difíciles, tratando de equilibrar sus intereses nacionales y su agenda política interna con la necesidad de mantener una relación estable con su principal socio comercial y político.

Para el caso, Honduras recibió en el año fiscal 2024 un total de 184 millones de dólares (4,600 millones de lempiras) en concepto de ayuda exterior de Estados Unidos, posicionándose como el país en Centroamérica que más desembolsos recibió en ese período, según reportes oficiales de Asistencia Exterior de esa nación.

De ese total, la actividad que registró el mayor desembolso fue la destinada a “mitigación de conflictos y reconciliación”, con un monto de 7.5 millones de dólares, equivalente a 188 millones de lempiras, pero también sobresalen programas de combate al cambio climático, agricultura, gobierno local, alimentación escolar y atención a emergencias humanitarias.

Entre las remesas ($9,600 millones) y la asistencia exterior ($184 millones) Honduras podría poner en riesgo casi $9,800 millones (cerca de 49,000 millones de lempiras) si no fortalece una relación diplomática sólida y favorable con la administración entrante en Estados Unidos.

Las relaciones de Honduras con China se han convertido en un tema delicado en la diplomacia internacional. En marzo de 2023, el gobierno de Castro estableció vínculos oficiales con China, luego de romper las relaciones diplomáticas que mantenía con Taiwán desde 1941.

Esta decisión generó reacciones tanto a nivel regional como global. Para Donald Trump, la creciente influencia de China en América Latina ha sido una de sus principales preocupaciones en política exterior.

En su regreso a la Casa Blanca, es probable que Trump tome medidas más contundentes contra cualquier país de la región que busque estrechar relaciones con China, lo que podría generar un conflicto diplomático para Honduras.

El analista político Graco Pérez, destacó que, históricamente, las políticas de Estados Unidos han influido en las decisiones de otros países, como los miembros de la Unión Europea, Canadá y México, que tienden a seguir las determinaciones de Washington.

En este sentido, Pérez advirtió que la relación de Honduras con gobiernos de corte de izquierda en América Latina podría ser un factor determinante, especialmente si figuras como Marco Rubio (nominado a Secretario de Estado) asumen cargos importantes en la administración estadounidense, lo que podría aumentar la presión para que Honduras modere sus lazos con países como Venezuela y Cuba.

En cuanto a la relación específica con Venezuela, indicó que, aunque es poco probable que Honduras deje de tener relaciones con este país, se vería una disminución en el apoyo.

Recordó que Honduras fue uno de los primeros países en reconocer al gobierno de Maduro, algo que ha sido ampliamente cuestionado por la comunidad internacional.

”Honduras se convierte en un punto clave en la lucha contra los gobiernos antidemocráticos, y si no ajusta sus políticas, podría ser percibida como un apoyo a esos regímenes”, apuntó Pérez.

Otro punto clave en el análisis de Pérez fue la lucha contra la corrupción y el narcotráfico. El experto subrayó que si Honduras no se compromete en temas como la extradición y no muestra señales claras de luchar contra la corrupción, esto podría llevar a Estados Unidos a reducir o eliminar la cooperación, que incluye recursos y formación para instituciones clave como la Fiscalía.

Cambios

Juan Ramón Martínez, analista político y escritor, sostuvo que Honduras enfrenta una de las peores situaciones diplomáticas de los últimos setenta años, a raíz de los cambios geopolíticos que se están dando, particularmente con Estados Unidos.

”En Centroamérica Honduras está sola y abandonada. México tiene sus propios problemas. El Salvador, cuenta con buenos amigos en el equipo de Trump. Y Guatemala es el mas fiel aliado de los Estados Unidos en la región”, expresó. El acercamiento de Honduras a China, en un momento políticamente crítico, es para él “un error suicida”.

Ante esta crisis, Martínez propuso una serie de recomendaciones para mejorar la situación: primero, sugirió forjar una nueva política exterior bipartidista centrada en inmigración, la defensa militar del Canal de Panamá y la protección comercial bajo el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

También abogó por una reorganización del gabinete, con nuevos profesionales en áreas clave como la diplomacia, la economía y la defensa, eliminando la politización y la asesoría extranjera en las Fuerzas Armadas.

Además, Martínez recomendó suspender las negociaciones comerciales con China y restablecer relaciones diplomáticas con Taiwán, evitando que sea Honduras quien rompa con China e instó al gobierno de Castro a renunciar a la pretensión de ganar las elecciones a toda costa, y en su lugar, “enfocarse en la transparencia y la independencia de los órganos electorales”.