Nueva York, Estados Unidos.
Familiares de Heidi Gámez, la niña hondureña que murió tras intentar quitarse la vida luego de que su padre fuera detenido por tercera vez por las autoridades migratorias estadounidenses, le dieron ayer el último adiós durante su sepelio en un cementerio de Nueva York.
'Esto es algo muy doloroso, no tengo palabras, siento que me falta el aire', dijo Manuel Gámez, padre de la menor.
Manuel logró despedirse de su única hija tras obtener un permiso humanitario del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) para viajar a Nueva York donde Heidi se encontraba hospitalizada luego de que intentara suicidarse.
La menor fue declarada con muerte cerebral y su padre tuvo que tomar la dolorosa decisión de desconectarla del soporte vital.
Heidi murió unas horas después escuchando a su padre leerle la Biblia. El hondureño decidió donar los órganos de su hija 'para que otras personas puedan vivir a través de ella'.
'Me gustaría conocer a quien reciba su corazón para volver a escucharlo', dijo Manuel a medios locales.
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Tras el entierro de su hija, Manuel regresará a Texas para entregarse a las autoridades y esperar a que se tramite su solicitud de asilo.
La muerte de la pequeña conmovió a la sociedad estadounidense luego de que The New York Times publicara su historia para destacar los traumas que provoca la separación familiar en los niños migrantes.
'Algo muy doloroso, no tengo palabras, siento que me falta el aire', dijo Manuel durante el funeral.
