Diésel subió más de L25 en el año y la superior L9

Pese a los subsidios aplicados por el Gobierno, los combustibles experimentaron alzas históricas (principalmente el diésel) y aún se mantienen en niveles altos.

Foto: La Prensa

El diésel acumuló más de 28 semanas registrando alzas. Foto archivo

mié 30 de noviembre de 2022

14 min. de lectura

San Pedro Sula

Cuando nos acercamos a la recta final del año, es momento de analizar el comportamiento de un rubro tan importante para el bolsillo de los hondureños como el de los combustibles.

Si bien este 2022 no ha sido tan escaso en rebajas como sí lo fue el 2021, sí ha sido un año de altibajos en lo que a precios se refiere, produciendo situaciones inéditas, como cuando el diésel se convirtió durante varias semanas en el combustible más caro en Honduras.

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Y aunque dicha situación fue temporal, este carburante todavía le disputa el puesto a la gasolina superior o premium, tradicionalmente el más caro de los que se venden en Honduras.

Aún así, el diésel se las arregló para ser el combustible cuyo precio fluctuó más veces hacia el alza a lo largo de los once meses que llevamos del año.

Diésel bate récords

De acuerdo con el listado de precios oficiales publicado semanalmente por la Secretaría de Energía, el diésel es el combustible que más ha subido hasta ahora.

Según esos datos, el diésel acumula 28 semanas registrando alzas, con tan solo 14 rebajas y siete semanas en las que el precio se mantuvo sin variación.

Aumento
  • > El diésel subió casi 26 lempiras por galón en 2022, aún y cuando el gobierno aplicó un fuerte subsidio y varias rebajas.

Hasta la última semana de noviembre y como producto de sus fluctuaciones semanales, el diésel había subido unos 6.84 lempiras por litro (L25.89 por galón), acumulado que se obtiene de sumar todas las variaciones al alza y luego de restarle todas las variaciones a la baja.

La gasolina superior, mientras tanto, subió 2.35 lempiras por litro (L8.89 por galón) hasta la última semana de noviembre, producto de 26 semanas subiendo de precio, contra 18 semanas de rebajas, además de 4 semanas en la que no varió su valor.

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La menor cantidad de incrementos la reporta la gasolina regular, que, hasta este momento del año, ha incrementado su precio en 0.85 centavos de lempira (L3.22 por galón), como resultado de 24 semanas al alza contra 21 semanas a la baja y cuatro semanas de precios sin variación.

Aunque la gasolina superior ha vuelto a ser el combustible más caro, la diferencia con el diésel se mantiene en mínimos históricos, luego de que este último rompiera, hacia el mes de septiembre, la tradición de ser el combustible más barato para convertirse en el más caro durante unas seis semanas no consecutivas.

Esta tendencia se veía venir con varios meses de antelación. En mayo pasado, María Eugenia Covelo, exdirectora ejecutiva del Consejo Hondureño se la Industria Petrolera (Cohpetrol), explicaba que, como efecto colateral de la guerra entre Rusia y Ucrania, los europeos, grandes consumidores de diésel, demandarían más de este combustible de otras regiones.

Estados Unidos está exportando más diésel a Europa, en un 7% más, y esperan que para finales de año suba otro 20% más, porque ellos (los europeos) están tratando de sustituir la oferta rusa, que Europa está restringiendo por causa de las sanciones”, explicaba Covelo en abril pasado.

La Unidad de Investigación y Datos de LA PRENSA intentó obtener una reacción del Cohpetrol sobre la forma en que la situación ha evolucionado desde entonces, pero al momento de publicar este reportaje no había recibido respuesta.

¿Combustibles más baratos en 2023?
  • > Aunque organismos financieros internacionales vaticinan un período de recesión en 2023, no todos los analistas están de acuerdo con la gravedad de sus efectos, prefiriendo hablar de “desaceleración económica”. Esto podría provocar menor demanda de crudo y bajar los precios de sus derivado, afectando entre otras cosas, las tarifas eléctricas.

Por el lado del gobierno, las autoridades aseguran haber tomado al menos tres medidas encaminadas a reducir el impacto de las fluctuaciones en el precio de los carburantes.

En sus boletines oficiales la Secretaría de Energía le recuerda a la población que el gobierno de Xiomara Castro autorizó una rebaja de diez lempiras a los impuestos que se cargan a los principales combustibles (superior, regular y diésel) y que entre mediados de febrero y finales de septiembre supuso un sacrificio fiscal de L3,600 millones.

Una segunda medida, aplicada entre mediados de marzo y hasta finales de junio, involucró un subsidio del 50% en el precio del diésel, a fin de minimizar el impacto de los constantes incrementos, lo cual supuso otro impacto fiscal de L108 millones.

Tome nota
  • > Los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania continúan presionando los precios de los derivados del petróleo al cierre de 2022.

Entre finales de junio y finales de julio, se aplicó una tercera medida en la forma de congelamiento de precios para la gasolina regular y del diésel durante unas cuatro semanas.

El efecto de esta última medida se sintió sobre todo en el valor del diésel, que mantuvo su precio estable durante dicho lapso, mientras que ese mismo período coincidió con una serie de alzas y bajas de la gasolina regular a la que poco o nada afectó la medida de congelamiento.

A nivel centroamericano (sin incluir República Dominicana), Honduras se encuentra en la tercera posición en el precio de la gasolina superior, por detrás de Costa Rica y Nicaragua, según se recoge en el informe hasta mediados de noviembre del Comité de Cooperación de Hidrocarburos de América Central (CCHAC). Honduras tiene la cuarta gasolina regular más cara de la región, después de Costa Rica, Nicaragua y Guatemala y el tercer precio más alto del diésel por detrás de Costa Rica y Guatemala.

Perspectiva de rebajas

A todo esto hay que sumar algunas proyecciones efectuadas por los organismos que monitorean la economía mundial, y que apuntan hacia un potencial bajón económico como resultado de la entrada en recesión de algunas grandes economías del planeta.

Este cuadro luce a primera vista análogo al parón económico que el mundo experimentó en 2020 a consecuencia de la pandemia de covid-19.

En aquella oportunidad, uno de los efectos resultantes fue la caída en la demanda de materias primas, entre ellas, el petróleo, lo que a su vez llevó a una caída de precios de sus derivados.

“Siempre que se entra en una recesión casi siempre se da el fenómeno (que baje la demanda de crudo) y eso estaría ahora aunado a que, como el petróleo es un producto que se demanda a nivel mundial, y China, uno de los principales compradores de combustible, sigue encerrada por el asunto de la pandemia, eso hace bajar la demanda de petróleo”, explica la economista Liliana Castillo, quien agrega que “al no haber actividad económica, baja la demanda de (combustibles) por las leyes del mercado”, lo que, en teoría podría significar una caída de los precios de los combustibles en 2023.

A la espera de lo que suceda en diciembre, el panorama de 2023 luce gris desde el punto de vista del crecimiento económico, pero con la perspectiva de ciertos beneficios que todavía están por verse.